Reina Isabel II

El príncipe Harry va solo a Balmoral para dar el último adiós a la reina Isabel II

Los duques de Sussex, que se encontraban en un viaje oficial en Alemania han viajado a Escocia. El príncipe Harry ha llegado solo al castillo del Balmoral que utilizaba de residencia de verano Isabel II.

Meghan Markle y el príncipe Harry

Meghan Markle y el príncipe Harryefe

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Tras conocer la gravedad del estado de salud de la Reina Isabel II, los duques de Sussex han puesto rumbo a Escocia. La familia más cercana de la reina se ha desplazado al castillo de Balmoral, en Escocia, para dar su último adiós a la monarca, que ha fallecido este jueves a los 96 años.

Los duques de Sussex, que se encontraban en un viaje oficial en Alemania han viajando a Reino Unido. El príncipe Guillermo, el príncipe Andrés y el príncipe Eduardo se han desplazado junto a él al castillo que utilizaba de residencia de verano Isabel II. La princesa Ana, única hija de la soberana de 96 años ya está en el castillo.

Kate y Meghan no han ido en el castillo

Según los medios británicos, Kate se ha quedado en Windsor, donde ahora reside, para atender a sus tres hijos Jorge, Carlota y Luis, que este jueves han empezado en un nuevo colegio de la zona, mientras que Meghan permanece en Londres con Archie y Lilibet, aunque no asistirá esta noche a un acto de entrega de premios como tenía previsto.

Muere Isabel II

La monarca más longeva llevaba un tiempo pasando por problemas de salud y finalmente ha fallecido este jueves rodeada de su familia. Aunque existía una disputa entre ella y la pareja compuesta por su nieto Harry y su mujer Meghan, -quienes residen en Estados Unidos-, ambos tenían previsto viajar esta noche a Londres para asistir a la entrega de premios de una fundación contra enfermedades infantiles, plan que ha cambiado de última hora.

Los Duques de Sussex estaban evitando encontrarse con el heredero al trono, Carlos de Gales, que ya se encuentra en el castillo con su madre, a donde viajó con la duquesa de Cornualles, Camilla Parker-Bowles. Sin embargo, parece ser que no quedará más opción que intentar enmendar o no dar importancia a los roces reales en un momento tan importante y serio como es la delicada salud de Isabel II.

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