Reino Unido

Primera crisis de Sunak: acusan la ministra de Interior de vulnerar las reglas de seguridad en un centro de menores

Desde Reino Unido ya han bautizado como "Cruella" a Suella Braverman por sus comentarios y por empeorar las condiciones de miles de solicitantes de asilo.

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Llega la primera crisis política para el primer ministro británico, Rishi Sunak, apenas una semana después de asumir el cargo. Su ministra de Interior, Suella Braverman, está acusada de vulnerar las reglas de seguridad en un centro para migrantes. El recinto acoge a más del doble de refugiados de los que debería.

Asimismo, desde Reino Unido comienzan a llamarla "Cruella Braverman". La acusan de omitir las advertencias de que el Gobierno está deteniendo ilegalmente a miles de solicitantes de asilo. Llegan las críticas y acusaciones a una ministra del Interior que tuvo que dimitir por violar el código ministerial cuando Liz Truss estaba a los mandos en el número 10 de Downing Street.

El primer ministro Sunak la nombró de nuevo en el cargo seis días después de abandonarlo por filtrar documentos confidenciales. La decisión ha llevado a cuestionar la promesa de Risi Sunak de liderar un gobierno de integridad. Acusan al jefe del Gobierno británico de reclutarla para pagarle su apoyo en la carrera por el número 10.

Medios británicos han tildado a Braverman de "conspiradora en la sombra" y ya es conocida por su retórica incendiaria. El lunes calificó en Westminster de "invasión" la llegada de migrantes a Reino Unido. En el país denuncian comentarios xenófobos de la ministra de Interior: "Vamos a dejar de fingir que todos ellos son refugiados en apuros". Llamó a "detener la invasión".

Condiciones "inhumanas" en un centro de menores

Braverman comparecía en la Cámara de los Comunes después de que un centro de acogida en Dover, al sur de Inglaterra, fuese atacado con bombas incendiarias por un hombre de 66 años que posteriormente se quitó la vida. Los laboristas alertaron de condiciones "inhumanas" en ese centro. Pese estar hecho para albergar a 1.600 personas, acogía a unos 4.000 inmigrantes.

"Este Gobierno está comprometido a hacer que entrar ilegalmente en el Reino Unido sea inviable. Intentarlo es innecesario, mortalmente peligroso, injusto con los inmigrantes que siguen las normas e injusto con la mayoría de británicos patrióticos que cumplen las leyes", exclamó la ministra de Interior británica en Westminster.

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