Un tribunal portugués ha cerrado uno de los procesos judiciales más largos de la historia del país y consideró probados los abusos sexuales cometidos por siete personas en el orfanato Casa Pía, en Lisboa.
Entre los acusados figura el popular presentador de televisión Carlos Cruz, el ex diplomático Jorge Ritto, dos médicos, un antiguo director de las instalaciones y el ex chófer Carlos Silvino. En total, se les acusa de unos 900 delitos.
Los jueves Lopes Barata y Ester Santos dieron lectura a la sentencia y consideraron "probados" los hechos que se imputaba a los acusados. Así, por ejemplo, confirman que el antiguo chófer del orfanato público abusó en reiteradas ocasiones de niños menores de edad a los que posteriormente llegó a dar dinero.
La lectura de esta resolución, a la que seguirá a lo largo del día la confirmación de las condenas, pone punto y aparte a un proceso que ha durado dos años -con 920 testigos y 460 vistas- y a cuyo cierre han asistido algunas de las víctimas de los abusos. Cinco de las 32 víctimas, que ahora tienen más de 20 años, se encontraban en la sala junto a los abogados, mientras que una sexta víctima permaneció en el público.
Un antiguo interno del orfanato y ahora abogado, Pedro Namora, destacó que los hombres condenados "han cometido graves crímenes contra la humanidad". Sin embargo, tan sólo Silvino ha reconocido los delitos que se le imputa.
De ser condenados, los acusados se enfrentan a penas de hasta diez años de prisión, aunque el abogado Hugo Marçal, uno de los imputados, ya ha anunciado que recurrirá el fallo, según informa el diario luso 'Publico'. Marçal criticó que las pruebas no se analizaron "de forma conveniente" y acusó a los magistrados de "falta de rigor".
Por su parte, Carlos Cruz habló con la prensa durante el receso en la lectura de la sentencia y dirigió un mensaje a su familia: "Soy el mismo que vosotros conocéis y no dejaré de serlo".
El semanario 'Expresso' destapó el escándalo a finales de 2002 e informó de que un conductor había estado abusando de menores durante años en Casa Pía. El caso siguió creciendo hasta descubrirse que Silvino había llevado a algunos niños a lugares ajenos al orfanato y donde sufrían los abusos de otras personas.