El presidente de Ucrania, Petró Poroshenko, ha afirmado que el país "ha demostrado que puede defenderse", al inaugurar en Kiev un desfile militar con motivo de la celebración del 23 aniversario de la proclamación de la independencia, en medio de la mayor crisis armada de su historia, enfrentada a separatistas prorrusos en el este del país y a Rusia tras la anexión de la península de Crimea por las autoridades de Moscú.
El jefe del Estado, al referirse al conflicto armado en el este del país, ha denunciado que la guerra le ha sido impuesta a Ucrania desde el exterior, y expresó su convencimiento de que esta "batalla por la independencia" concluirá con la victoria ucraniana. "En los últimos seis meses, en duros combates, ha nacido el Ejército de Ucrania", dijo Poroshenko, quien recalcó que en esta lucha la expresión "defensor de la patria" ha dejado de ser una abstracción y ha llenado de contenido concreto.
Poroshenko, se encuentra ya al frente de las celebraciones mientras los rebeldes prorrusos han condenado el evento, donde según los separatistas "los asistentes van a ser tratados como rehenes y los vehículos que exhiban estarán dañados por los combates", según mensajes en las redes sociales recogidos por la CNN.
Pero según las encuestas, el desfile, que transcurrirá por el distrito de Khreshchatyk, en el centro de la capital y por la plaza de Maidan, escenario de las protestas del año pasado y desembocaron en la huida del país del entonces presidente Viktor Yanukovich, coincide con un momento álgido del apoyo popular a la soberanía de Ucrania: un 90% de respaldo, según datos del centro de estudio KIIS, similar a los resultados del referéndum de independencia de 1991.
No obstante, el evento no ha quedado exento de críticas entre la población ucraniana, que consideran el desfile como una innecesaria exhibición de fuerza en medio de la llamada por el Gobierno como "operación antiterrorista" contra los rebeldes prorrusos, que para muchos ciudadanos, se trata de una verdadera guerra, y agrietar aún más la tensión con Rusia.
Sin ir más lejos, el conflicto ha adquirido una nueva dimensión esta semana, con la entrada en Ucrania de un convoy de 270 camiones con unas 2.000 toneladas de ayuda humanitaria, sobre todo alimentos, para la población del este de Ucrania.
Las autoridades rusas y ucranianas intentaron negociar una fórmula para permitir que la ayuda humanitaria llegue a los civiles, sin que para ello sea necesario que personal ruso entre en territorio ucraniano. Las conversaciones no tuvieron éxito y Moscú decidió unilateralmente que el convoy atravesara ayer la frontera hasta Lugansk, una de las zonas más afectadas por los combates.