Irán

La 'Policía de la moral' vuelve a patrullar las calles en Irán diez meses después de la muerte de Mahsa Amini

La muerte de la joven desencadenó una ola de protestas en todo el país que fueron brutalmente reprimidas. Ahora, este cuerpo policial ha vuelto para imponer y controlar el código de vestimenta islámico.

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En Irán, el régimen de los ayatolás ha decidido volver a sacar a las calles a la 'Policía de la moral', los agentes encargados de obligar a las mujeres a cumplir el estricto código de vestimenta. La medida se vuelve a poner en marcha diez meses después de la muerte de Mahsa Amini, la joven de 22 años que fue detenida por no llevar bien puesto su hiyab y que posteriormente murió bajo custodia policial.

Aquel caso desencadenó una ola de protestas en todo el país que fueron brutalmente reprimidas. El cuerpo policial nunca llegó a ser desmantelado, pero dejó de aparecer públicamente por miedo a la ira popular, paralelamente a la decisión de muchas mujeres de vestir de forma más occidental, especialmente en la capital, Teherán.

¿Qué es la 'Policía de la moral' iraní?

La 'Policía de la moral' en Irán es una unidad de las fuerzas de seguridad que se encarga de hacer cumplir el código de vestimenta islámico en público, especialmente entre las mujeres. Su existencia se remonta a la Revolución Islámica de 1979, cuando el régimen del ayatolá Jomeini impuso una interpretación estricta de la sharía, la ley islámica. Desde entonces, las mujeres iraníes están obligadas a cubrirse la cabeza y el cuerpo con un hiyab, un pañuelo que puede ir acompañado de un chador, un velo que cubre todo el cuerpo, o una manteau, una túnica larga y holgada.

La 'Policía de la moral', conocida en persa como Gasht-e Ershad o Patrullas de la Orientación, tiene el poder de detener, multar o arrestar a las mujeres que no lleven el hiyab o que lo lleven de forma inadecuada, según su criterio. También pueden sancionar a las mujeres que usen maquillaje, ropa ajustada, jeans rasgados o colores llamativos. Los hombres también pueden ser objeto de su vigilancia si llevan el pelo largo, piercings o ropa occidental.

Las patrullas suelen estar formadas por agentes masculinos acompañados por mujeres vestidas con chador, que se sitúan en lugares públicos concurridos, como centros comerciales, plazas y estaciones de metro. También pueden circular en furgonetas o motocicletas por las calles. Las personas detenidas son llevadas a un centro correccional o a una comisaría, donde reciben una charla sobre la moralidad islámica y deben llamar a algún familiar varón que les proporcione ropa adecuada para ser liberadas. En algunos casos, los castigos pueden incluir prisión o flagelación.

La muerte de Mahsa Amini indignó a la sociedad

La 'Policía de la moral' ha sido objeto de numerosas críticas y protestas por parte de la sociedad civil iraní, que considera que viola los derechos humanos y la libertad personal. Muchas mujeres han desafiado las normas impuestas y han usado el hiyab como un accesorio más que como una imposición religiosa. Algunas incluso se han atrevido a quitarse el velo en público y quemarlo como símbolo de resistencia.

El caso más reciente que ha desatado la indignación popular ha sido el de Mahsa Amini, una joven de 22 años que murió en septiembre de 2022 tras ser detenida por este cuerpo policial por llevar mal el hiyab. Según los testigos, Amini fue golpeada dentro de una furgoneta policial y luego ingresada en coma en un hospital, donde falleció tres días después. La Policía negó las acusaciones y dijo que la joven sufrió un problema cardíaco repentino.

La muerte de Amini provocó una ola de protestas en todo el país, que fueron reprimidas por las fuerzas de seguridad del gobierno del presidente ultraconservador Ebrahim Raisi. Según algunas fuentes, al menos 41 personas murieron y cientos resultaron heridas o detenidas durante las manifestaciones. Raisi defendió el uso del hiyab como una elección voluntaria de las mujeres iraníes y negó que hubiera violencia policial contra ellas.

La 'Policía de la moral' sigue siendo una institución controvertida en Irán, donde se enfrenta al desafío de una sociedad cada vez más joven, educada y conectada con el mundo exterior. A pesar de las presiones internas y externas para reformar el sistema político y social del país, el régimen iraní parece decidido a mantener su control sobre la vida pública y privada de sus ciudadanos.

Por su parte, las autoridades iraníes defienden su existencia y sostienen que es necesaria para mantener la moral y los valores islámicos en la sociedad. De esta manera, la 'Policía de la moral' opera dentro del marco legal establecido por el Gobierno iraní. Sin embargo, las críticas persisten y la comunidad internacional continúa vigilando de cerca la situación de los derechos humanos y el control excesivo por parte del Gobierno.

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