Brutalidad policial en EE.UU.
Un policía estadounidense mata con una pistola Táser a un hombre negro
Un policía dispara con una pistola taser a un hombre negro que cae al suelo por la descarga. Ha ocurrido en Carolina del Norte, Estados Unidos.
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Toda la escena queda grabada por la cámara corporal de uno de los policías. El 17 de enero una patrulla se acerca al vehículo de Darryl Tyree Williams, un hombre negro de 32 años que estaba sentado en el asiento del conductor con el coche aparcado. Según el informe policial un oficial observa una bebida abierta con alcohol y marihuana dentro del vehículo. Uno de los agentes le pide al conductor que ponga las manos encima del coche y le sacan del bolsillo un billete de un dólar donde dicen encontrar un polvo blanco.
Nuevo caso de violencia policial en Estados Unidos
Williams asegura que no está haciendo nada, y es entonces cuando comienza una discusión y un forcejeo con los agentes. Uno de los policías termina disparando al hombre con una pistola Táser. El hombre cae al suelo electrocutado pero consigue deshacerse de los agentes y avanzar por el parking donde le vuelven a realizar otra descarga eléctrica. El hombre, inmovilizado en el suelo, avisa de que tiene problemas de corazón, y es amenazado con recibir otra más si no coopera. Williams continúa quejándose en el suelo con 3 policías encima. Tras negarse a colocar los brazos en la espalda vuelven a dispararle, y Williams ya no puede moverse, un grupo de agentes lo sujetan, incluso uno de ellos tiene la rodilla apoyada sobre su hombro, y finalmente consiguen esposarlo.
Williams va perdiendo fuerza y no se mueve, los agente verifican que tiene pulso, unos de los policías asegura que respira e incluso se llega a oír cómo gime. Pero en un momento Williams deja de responder, está tendido en el suelo mientras los agentes le dicen que se despierte. Finalmente los agentes le realizan un masaje de reanimación. Una ambulancia los traslada al hospital donde los doctores certifican su fallecimiento. Su muerte está siendo investigada como un nuevo caso de violencia policial en Estados Unidos. La policía asegura que en el registro del automóvil descubrieron drogas, alcohol y dos armas.
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