Alemania

La Policía alemana, atrapada en el barro en su intento de desalojar a los activistas de la mina

Los agentes llevaron a cabo una operación para desalojar a los activistas, que pretendían evitar que se ampliase la mina de lignito en Lützerath.

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En Alemania, es noticia la mina de carbón que fue tomada por un grupo de activistas medioambientales. Este lunes, la Policía ha terminado de desalojar a todas las dos últimas personas, que se habían atrincherado en los túneles de la mina hasta que, finalmente, decidieron abandonarla por su propio pie.

Los activistas pretendían evitar que se ampliase la mina de lignito en Lützerath, al oeste del país. Tal ha sido su insistencia, que los agentes han tardado hasta cinco días en echarlos. Además, durante el proceso, la Policía se ha encontrado con una serie de dificultades que han ralentizado, todavía más, las labores.

Los activistas fueron violentos, según el Gobierno alemán

Una de esas dificultades ha sido el barro. Algunos agentes quedaron atrapados en un lodazal y muchos de ellos se cayeron al suelo mientras recibían las burlas de los activistas. Las imágenes revelan cómo los policías se enganchaban al barro y, a pesar de los esfuerzos, no lograban despegarse.

Al final, se consiguió llevar a cabo el desalojamiento de los centenares de activistas, después de que los dos últimos decidiesen poner fin a su resistencia y abandonasen la mina de manera voluntaria, tal y como ha informado la cadena alemana ARD.

Desde el Ministerio del Interior alemán se denuncia que esta oposición de los activistas a la operación policial. En concreto, aseguran que fue violenta y, además, obstaculizó las tareas de los profesionales sanitarios. "No hay justificación posible para la violencia contra los agentes policiales", ha manifestado la ministra Nancy Faeser.

El balance final es de más de 300 activistas desalojados y se han abierto 154 investigaciones penales. De la misma manera una treintena de vehículos policiales resultaron dañados y además se pincharon 32 neumáticos de coches de las fuerzas de seguridad. Una resistencia que acabó con más de 70 policías heridos y nueve activistas trasladados al hospital.

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