Isabel II

La otra cara de la reina Isabel II, ingeniosa e irónica pero siempre guardando el protocolo

Amante del deporte, la música, los caballos y las imitaciones, Isabel II era una mujer más allá de la reina de Inglaterra.

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Isabel II es recordada tras su muerte como una de las personas más influyentes en el mundo. La monarca, fallecida en la tarde de este jueves, ha sido rememorada por todos los líderes mundiales y casa monárquicas con buenas palabras, y también como una reina a la que pocos conocían realmente.

Su Majestad fue una mujer reservada, pero nunca tuvo problema en informar sobre sus grandes pasiones. Muchas de ellas reflejadas en series como 'The Crown' o directamente en vídeos de hemeroteca durante sus 70 años en el trono.

Los caballos y el deporte eran algunas de las cosas que más gustaban a la monarca, aunque tan solo echando la vista a atrás podemos encontrar verdaderas joyas donde se vio involucrada la joya de la corona.

Hemos podido ver a Isabel II codeándose con el actor de James Bond 007, con quien participó en un sketch para los Juegos Olímpicos que se celebraban en Londres en el año 2012. Nadie se creía que la reina de Inglaterra fuera a participar en este tipo de entretenimiento, sin embargo, volvió a dejarnos con la boca cerrada al verla tomando té en un salón del Palacio de Buckingham en la película del reconocido osito Paddington.

Como no iba a ser de otra manera, también apareció en la histórica serie de Los Simpson, y es que detrás de todo el protocolo real había una mujer de lo más graciosa e irónica, esta última una de sus más grandes virtudes.

Y es que en más de una ocasión la reina mostraba sus característicos rasgos, como cuando recibió a Donald Trump con un broche que le había regalado previamente el expresidente estadounidense Barack Obama.

También fue una inspiración para el mundo de la música, y es que Isabel II vio nacer y desaparecer al icónico grupo británico de The Beatles, banda que le dedicó la canción ‘Her Majesty’. Sin embargo, sus más allegados reconocen que su canción favorita era ‘Dancing Queen’.

Su naturalidad, su cercanía, su amor por la familia y la naturaleza la han caracterizado más allá de lo que ha podido hacerlo, al mismo tiempo, el imponente y legado puesto de ser la reina del Reino Unido durante 70 años de su larga e histórica vida.

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