Defensa
La OTAN y la UE reconocen sufrir la amenaza más grave para su seguridad en décadas
La amenaza que supone Rusia para los países europeos no deja de aumentar. Se esperan nuevos ataques de Putin en las próximas semanas o meses, así que la UE y la OTAN han renovado su cooperación con la firma de una nueva declaración conjunta. Los tres líderes han escenificado una alianza en la que han dejado por escrito que el apoyo a Ucrania se mantendrá el tiempo que sea necesario. Los dos bloques asumen que el conflicto será largo.
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"Los aliados fuertes consiguen componer alianzas fuertes". Estas han sido las palabras del presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, para resumir el documento que han firmado la UE y la OTAN, de manera solemne, en el Cuartel General de la Alianza en Bruselas. Una declaración conjunta para cooperar en muchos ámbitos y para reforzar la seguridad en los países miembros.
Ambos bloques creen que la amenaza que supone Rusia es creciente, -“la mayor en décadas”-, y que el escenario geopolítico dibuja todavía demasiadas incertidumbres. El texto acordado reza que “las amenazas a la seguridad y los desafíos a los que nos enfrentamos están evolucionando en alcance y magnitud, y por eso debemos llevar nuestra asociación al siguiente nivel. La UE y la OTAN se comprometen a movilizar aún más sus capacidades políticas, económicas y militares”.
El principal foco de tensión sigue estando en Ucrania. Desde la Alianza piden no subestimar a Rusia, a pesar de que haya sufrido muchas pérdidas. Sus servicios de inteligencia creen que Moscú está usando estas semanas del invierno para rearmarse y para movilizar más tropas, armamento y munición. “No tenemos ninguna indicación de que Putin haya cambiado sus planes de guerra brutal, debemos estar preparados para el largo plazo y, por eso, es muy importante el mensaje que lanzamos hoy: estaremos unidos apoyando a Ucrania”.
El secretario general de la OTAN, además, ponía el acento en un tema prioritario. Los países aliados deben reponer cuanto antes los arsenales militares que se han quedado semivacíos ante los continuos envíos de armamento a Ucrania. Jens Stoltenberg explicaba que los envíos han sido una prioridad, -incluso por delante de cumplir con los objetivos marcados por la Alianza de stocks mínimos-, pero que hay que ir pensando en rellenar las armerías a largo plazo. Y la única solución pasa por producir más e impulsar la industria de la Defensa. El objetivo es “tener reservas suficientes para proteger nuestros territorios, pero también para seguir enviando al ejército ucraniano”.
Amenazas de otros "actores autoritarios"
La UE y la OTAN han dejado por escrito que el apoyo a Ucrania se mantendrá el tiempo que sea necesario. Un soporte militar que se debe combinar con la defensa de los territorios europeos más amenazados, como son los países del este de Europa, los estados bálticos o los vecinos nórdicos Suecia y Finlandia.
Los tres líderes europeos se han comprometido a aumentar la coordinación en áreas como las ciberamenazas, la cooperación especial, la crisis climática y la protección de las infraestructuras claves, tras el ataque al gasoducto Nord Stream.
Pero los retos no se acaban ahí. La presidenta de la Comisión Europea reconocía que, aunque la amenaza de Rusia es la más inmediata, no es la única. “Vemos cómo China intenta cambiar el orden internacional para su beneficio, así que debemos reforzar nuestra resistencia y llevar nuestra cooperación un nivel superior”.
El texto acordado destaca que hay "actores autoritarios que amenazan los principios democráticos a través de medios políticos, económicos, tecnológicos y militares”, en una clara alusión al régimen de Pekín. Una creciente competencia geoestratégica, en la que las dos organizaciones basadas en Bruselas buscan ocupar un lugar destacado y no quedarse atrás.
Suecia y Finlandia siguen esperando la adhesión
Hasta ahora 21 de los 27 estados miembros de la UE ya están integrados en la OTAN y se espera que otros dos países (Suecia y Finlandia) lo hagan próximamente. Lo normal es que ya fueran miembros de pleno derecho, pero el veto de Turquía y Hungría mantiene en vilo a los dirigentes de la Alianza. Hasta ahora 28 de 30 aliados ya han ratificado en sus Parlamentos la adhesión.
Las reticencias del húngaro Viktor Orban parecen salvadas y se prevé que dé su visto bueno final durante el mes de enero. Mucho más difícil de superar está siendo la negativa de Ankara, que busca exprimir al máximo su poder de veto, pidiendo más concesiones sobre los exiliados kurdos que viven en Suecia, a los que Turquía considera terroristas. Un tema delicado y de mucho calado político en Estambul.
La OTAN pide calma y recuerda que, a pesar de los vetos, estamos ante el proceso de ingreso más rápido de la historia de la Alianza. Normalmente se tarda años en cumplimentar todo el recorrido y, esta vez, Suecia y Finlandia solicitaron su ingreso el pasado mes de mayo.
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Además, Jens Stoltenberg manda un claro mensaje de tranquilidad, ante un posible ataque ruso antes de completar la adhesión: “es inconcebible que Suecia y Finlandia afronten una amenaza militar y la OTAN no reaccione”.
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