Condado Lancashire

Un niño de cuatro años muere trágicamente aplastado por una lápida

El suceso tiene consternada a la localidad inglesa de Burnley por la fatalidad de los hechos.

Una lápida de un cementerio acaba con la vida de un niño de cuatro años

Una lápida de un cementerio acaba con la vida de un niño de cuatro añosGetty

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La localidad inglesa de Burnley, en el condado inglés de Lancashire, se encuentra consternada por la muerte de un niño de cuatro años que falleció aplastado por la lápida de un cementerio de las afueras del municipio. Los hechos ocurrieron alrededor de la media mañana del sábado 5 de julio. Los servicios de emergencia acudieron en ayuda del pequeño, pero ya era demasiado tarde para salvarle.

Según recoge el Lancashire Telegraph, la policía hizo todo lo que estaba en sus manos para poder salvar al niño, pero "acabó muriendo trágicamente", relataban. Los agentes han informado posteriormente que este suceso no está siendo tratado como "una muerte sospechosa" y adelantan que toda la información con respecto a la autopsia "se transmitirá a la oficina del forense a su debido tiempo".

Uno de los portavoces de la policía de la localidad expresó que "a pesar de los mejores esfuerzos de los servicios de emergencia, el niño lamentablemente murió". Nuestros pensamientos están con sus seres queridos en este momento devastador".

No es la primera vez

Hace siete años, en 2018, un juzgado le dio la razón a una familia de la ciudad escocesa de Glasgow y el Ayuntamiento tuvo que realizar un pago de indemnización de "seis cifras" porque el hijo pequeño de la familia murió aplastado por una lápida mortuoria en uno de sus cementerios municipales.

Todo sucedió en mayo del año 2015, cuando un niño de ocho años, Ciaran Williamson, falleció en el cementerio de Craigton mientras se encontraba jugando con sus amigos. El monumento fúnebre de casi dos toneladas de peso carecía de la sujeción adecuada. Según declaró la sheriff, Linda Ruxton, debía someterse a inspecciones rutinarias y reparaciones oportunas. Una investigación de accidentes fatales (FAI en inglés) le dio la razón porque descubrieron que la muerte de este niño podría haberse evitado si se hubieran tomado las precauciones necesarias de seguridad en ese cementerio de Glasgow donde estaba la lápida que le aplastó.

La familia, tras conocer el fallo de la corte, emitió un comunicado en que expresaban que estaban muy contentos "de que el último obstáculo legal haya terminado". Relataban que los tres años posteriores a la trágica muerte de Ciaran fueron devastadores para ellos, ya que, mientras se realizaban las investigaciones oportunas respecto a su muerte, tenían que revivirlo todo. Aunque una vez la justicia dictó sentencia, declararon que estaban muy agradecidos de que "la acción civil se resolviera tan rápido", ya que significaba para ellos que podían "comenzar a reconstruirse nuevamente".

Aprovecharon para agradecer a "nuestros amigos, familiares, la comunidad local y los medios que nos han apoyado emocionalmente y prácticamente desde que Ciaran falleció". Concluían su comunicado expresando todo su cariño a Mark, el abogado de la familia, "quien ayudó mucho durante todo el proceso".

Respecto a la angustia que la familia expresaba en su momento, el consistorio municipal de Glasgow manifestaba que siempre trataban "de hacer frente a los reclamos de la manera más rápida y sensible posible". Terminaban sus declaraciones diciendo que "no sería apropiado hacer más comentarios en este momento".

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