Imagen de archivo de un vehículo de la Policía francesa.

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EN LA LOCALIDAD FRANCESA DE Perpiñán

Una niña de tres años convive seis días con el cadáver de su madre en Perpiñán

La pequeña paso todos estos días sola en el apartamento pensando que su madre estaba durmiendo en el interior del baño. Fueron unas vecinas las que dieron aviso a la policía al ver que la pequeña dormía todas las noches en el balcón.

Una niña de tres años ha convivido durante seis días con el cadáver de su madre en la localidad francesa de Perpignan. La pequeña paso todos estos días sola en el apartamento pensando que su madre estaba durmiendo.

Según publica 'Le Parisien', su terrible experiencia terminó el pasado jueves a media tarde cuando Sylvie, una vecina, entraron al apartamento para recogerla. "Pensé que era extraño que la niña estuviera durmiendo en el balcón, pero cuando le preguntaba todos los días, ella respondía invariablemente que su madre estaba durmiendo, lo cual era posible ya que la joven vive principalmente de noche", cuenta la vecina.

Lo que les llamó la atención es que la pequeña dijese que su "mamá estaba durmiendo en el baño". "Así que fuimos a la estación de policía para explicarlo todo", señala.

Mientras esperaba a que la policía interviniese, la mujer logró convencer a la niña de que abriese la puerta principal. "Como el agua se cortó en el apartamento debido a un problema de filtración, la niña nos dijo que no tenía nada para beber y que su perrito, Cali, tenía sed y ella no tenía nada para alimentarlo", cuenta Sylvie.

Cuando las vecinas entraron al apartamento, vieron que reinaba el desorden: latas de cerveza y pastillas tiradas por el suelo. "Tomé a la pequeña en mis brazos y la llevé a mi casa mientras esperaba la llegada de la policía ", agrega Sylvie.

Afortunadamente, la pequeña Lila no vio nada de lo que estaba escondido detrás de la puerta del servicio. Según los hallazgos iniciales en el lugar, la muerte de la madre, de 41 años, podría fecharse en el sábado pasado, seis días y seis noches frente a la puerta cerrada del inodoro.

"Esta niña manejó la situación con gran inteligencia. Se las arregló para abrir una caja de raviolis para la comida e hizo sus necesidades en su pequeña olla",cuenta la otra vecina. La madre, que estaba siendo vigilada por los servicios sociales, presumiblemente por problemas de adicción, y la niña, que no asistía a la escuela, habían llegado a este edificio de vivienda social en abril pasado.

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