Las imágenes que podemos ver en el vídeo han sido grabadas por uno de los limpiadores. Muestran el interior de la central, horas después de la explosión.
Ahora, 25 años después, se buscan marcapasos. El sarcófago se queda obsoleto y surge un proyecto faraónico cuyo coste final alcanza los 770 millones de euros. De momento, sólo tienen 550.
Nikola Isaev, trabajador de la planta, nos muestra una de las pocas fotografías aeréas que existen antes de la tragedia aunque ninguna cómo la que muestra a los llamados héroes de Chernobkl.
Todos tienen una historia que contar. Es el caso de Alexander, autor de " Vivos mientras la gente nos recuerde" que ve la luz en el 25 aniversario de uno de los cementerios más celébres del mundo.
El presidente ruso, Dimitri Medvedev también recuerda la tragedia. Ha conmemorado en Moscú el 25 aniversario de la catástrofe nuclear y ha insistido en que la principal lección que debe aprenderse es que las autoridades deben decir a la gente la verdad.
En los alrededores de la central, hoy, todo sigue igual. Es como si aquel 26 de abril se hubiera detenido el tiempo. Veinticinco años después se han descubierto altos niveles de radiactividad en alimentos básicos como la leche o las verduras. Los efectos de la catástrofe aún perduran. Mucha gente continúa enferma, y muchos otros aún deben lidiar con problemas psicológicos.
En la actualidad unas 200.000 personas viven en los llamados "lugares de exclusión", junto a la planta, declarados por ley inhabitables.
Las dos explosiones en el reactor número cuatro de la central de Chernobil, marcaron un antes y un después en la historia. Han pasado 25 años, y miles de personas recuerdan con fotos, flores y velas, a las víctimas en esta vigilia en Ucrania.