Brexit
Una mujer con alzhéimer podría ser deportada de Suecia por errores en el papeleo requerido tras el Brexit
Kathleen Poole, de 74 años, podría dejar su residencia en Suecia porque presentó de forma incompleta el papeleo requerido tras el Brexit.
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La familia de Kathleen Poole quiere evitar que la mujer, de 74 años, sea trasladada al Reino Unido. Kathleen se mudó a Suecia desde la localidad inglesa de Macclesfield hace 18 años después de que quedarse viuda. Quería estar cerca de su hijo, de su nuera y de sus cuatro nietos. Hace once años fue diagnosticada de alzhéimer y, desde hace una década, reside en un centro para personas con demencia cerca de su familia.
Según el diario británico The Guardian, la mujer se enfrenta a una expulsión forzosa al Reino Unido porque no tiene el pasaporte actualizado ni cumple los requisitos financieros exigidos según las nuevas reglas que se aplican para los británicos que residen en la Unión Europea después del Brexit.
La familia asegura que ha enviado una carta a la policía sueca para pedir que no deporten a Kathleen. Defienden que quieren tenerla cerca de ellos para que reciba los mejores cuidados y también el afecto de sus familiares. De momento, el proceso para deportarla no se ha detenido.
Los políticos se hacen eco del caso
El asunto ha tenido eco ya en la clase política británica. La diputada laborista Hilary Benn ha pedido a la Comisión Europea que intervenga de urgencia en un caso que ha calificado como "profundamente impactante". También activistas del grupo 'British in Europe' han remitido el caso a las instituciones comunitarias.
"Esto es típico de la forma en que Suecia ha aplicado una interpretación demasiado técnica del acuerdo de retirada y, al mismo tiempo, parece ignorar importantes garantías del tratado que están diseñadas para garantizar que personas como la señora Poole no sean deportadas", ha asegurado a The Guardian David Milstead, un profesor de física que forma parte del grupo 'Británicos en Suecia'.
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El hijo y la nuera de Kathleen lamentan la dureza de la postura sueca. Califican de inhumana la decisión de deportarla y añaden que su traslado supondrá un desafío físico para la enferma, que tendría que ser acompañada en todo momento por personal de enfermería.
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