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ESTRATEGIA DE PREVENCIÓN DE LA OMS

Cinco millones y medio de personas son mordidas por serpientes en el mundo

La Organización Mundial de la Salud, lanza su estrategia sobre prevención y control del envenenamiento por mordedura de serpiente. Hasta 2,7 millones resultan envenenadas y casi 100 mil fallecen.

Médicos Sin Fronteras (MSF) publica la estrategia de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre prevención y control del envenenamiento por mordedura de serpiente. El plan de acción de la OMS contiene objetivos ambiciosos como reducir a la mitad el número de fallecimientos y de casos de discapacidad por mordedura de serpientes para 2030. Estas son las cifras de esta crisis olvidada por la salud pública:

  • Se estima que, cada año, 5,4 millones de personas son mordidas por serpientes.
  • Hasta 2,7 millones resultan envenenadas
  • 100.000 fallecen por ello
  • 400.000 quedan desfiguradas o discapacitadas de por vida.

Aparte de las víctimas mortales y las discapacidades graves, los supervivientes de mordeduras de serpientes suelen padecer estigma y discriminación, y muchas familias se ven obligadas a endeudarse en sus intentos de conseguir tratamiento.

El envenenamiento por mordedura de serpiente afecta principalmente a la población rural pobre, incluidos trabajadores migrantes, agricultores y personas desplazadas que huyen de los conflictos o la violencia. Las toxinas matan a más personas que cualquier otra enfermedad en la lista de Enfermedades Tropicales Desatendidas de la OMS. En África subsahariana y Oriente Próximo, las serpientes, unidas a la pobreza y la superstición son más mortíferas que la fiebre amarilla o la malaria. El reto es reducir en 2030 a la mitad las muertes y los discapacitados por mordeduras.

MSF considera muy positivo que la estrategia multifacética incluya una recomendación clara para que los sueros antiofídicos actuales y futuros sean seguros y asequibles, así como planes ambiciosos para aumentar las tasas de tratamiento y el acceso a antídotos en las regiones afectadas.

La estrategia también enfatiza la necesidad de concienciar sobre prevención, primeros auxilios y dónde buscar el tratamiento adecuado a través de la educación y formación a nivel comunitario del personal médico, especialmente de aquellos involucrados en servicios médicos de urgencia y en atención primaria de salud. Las directrices clínicas asegurarán aún más el uso adecuado de contravenenos caros y reducirá las pérdidas por parte del personal médico.

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