Colombia

"El milagro de la selva": así han sobrevivido los pequeños durante 40 días en la jungla colombiana

Tras pasar 40 días perdidos en la selva amazónica de Colombia, los cuatro hermanos han sido rescatados con vida. Susana Román, redactora de Antena 3 Noticias, nos cuenta todos los detalles.

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El tiempo corría en su contra y las esperanzas de encontrarlos con vida eran cada vez menores. Llevaban cuarenta días desaparecidos en plena selva amazónica sin apenas comida y buscando algún poblado indígena cercano. Su madre había fallecido tras estrellarse la avioneta en la que viajaban y estaban completamente solos.

Los equipos de rescate encontraban en la zona la avioneta siniestrada con los cadáveres de los adultos fallecidos, pero ni rastro de los cuatro hermanos, menores de edad. Comenzaba así una incansable búsqueda, en la que participaban unos 200 efectivos y voluntarios, que ahora, más de un mes después, se ha saldado con éxito.

Era como dar con una aguja en un pajar, pero este domingo, tras recorrer 2.700 kilómetros por la jungla amazónica, los efectivos encontraban con vida a todos los niños. Estaban escondidos en una zona cercana a la del accidente y su apariencia física conmocionaba a los rescatistas. "Los pequeños estaban demacrados. Los encontraban desnutridos, deshidratados, con muy poco peso, llenos de picaduras de insectos y con pequeñas mordeduras por el cuerpo", explica Susana Román, redactora del Área de Internacional de Antena 3 Noticias. "Estamos hablando de una niña de trece años, un niño de nueve, otro niño de cuatro y una niñita de casi un año, once meses. Es un milagro", señala.

La gran pregunta ahora es cómo han logrado sobrevivir todas estas semanas. En Colombia lo atribuyen a la inteligencia y la valentía de Lesly, la hija mayor de la familia que durante este tiempo ha asumido el rol de madre. Desde el primer momento lo tenía claro: tendrían que sobrevivir en el interior de la selva hasta encontrar ayuda. "En una mochila recogió un toldo, un plástico, con el que los niños han estado protegiendo de la lluvia se han estado arropando. También cogió de entre los restos del siniestro de la avioneta una linterna, dos móviles, por si acaso podían llamar, una cajita de música y la poca comida que había", cuenta la periodista en la newsletter de esta semana.

Harina de yuca, semillas y frutos

En estas casi 7 semanas, los menores andaban en círculos alrededor de la avioneta, siguiendo el río para poder beber de allí. Estaban a unos 3 kilómetros del lugar del siniestro, pero no lograban dar con ellos. Parecía que la tierra se los había comido, pero la realidad era bien distinta. "Los niños escuchaban el sonido de los helicópteros y se escondían. Tenían miedo, entonces era más difícil dar con ellos. Quizás esa es una de las respuestas a por qué han tardado tanto en encontrarlos", subraya Román en el vídeo superior de esta noticia. "Llegaron a escuchar incluso el mensaje que los militares grabaron a su abuela en su lengua original, en vera, diciendo que fueran valientes y que esperasen porque los estaban buscando", cuenta.

Esto, quizás, hizo que la hermana mayor sacase fuerzas para seguir cuidando de los pequeños y tirase de ingenio para alimentarlos. Tal y como cuentan ahora los pequeños, se alimentaban con harina de yuca, rica en proteínas, semillas y frutos de la zona. También de los kits de supervivencia que los militares habían lanzado desde los helicópteros mientras peinaban la zona. Todo insuficiente para evitar su desnutrición.

Su estado de salud no corría peligro, pero preocupaba. Por ello, eran trasladados hasta el Hospital Militar de Bogotá, donde permanecen ingresados. "Allí están cuidando de ellos. Los médicos dicen que se recuperan bastante bien, les están dando alimento poco a poco. Lo que sí comentan es que por ahora hablan poco. Hay que pensar también el impacto emocional de esos niños, que han estado solos", indica en la newsletter Susana Román.

Por el momento, los cuatro hermanos seguirán ingresados, al menos, dos semanas más en el complejo hospitalario. Ya toman alimentos sólidos y empiezan a rehacer parte de su cotidianeidad: empiezan a hablar, les apetece jugar y tiran de lápiz y papel para dibujar a Wilson, el perro rescatista que ahora mismo está en paradero desconocido tras dar con ellos. El pastor alemán de seis años sigue en la selva.

El padre, en el centro de las miradas

A todo lo anterior, se suma ahora la investigación abierta contra el progenitor de los menores. Se le acusa de abusos a una de las niñas y maltrato a la madre, fallecida en el accidente. Aunque él lo niega tajantemente, la familia materna de los pequeños aseguran que la relación no era muy buena con la víctima mortal y que la maltrataban. Además, insisten en que había intentado abusar de una de las menores, su hijastra.

Por estos motivos, los menores quedarán bajo la tutela del Estado de Colombia hasta que se resuelva la investigación.

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