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EN SEÑAL DE REPULSA ANTE LOS ATENTADOS

Más de 3.000 personas marchan en Bruselas en contra el "terror y el odio"

Los manifestantes portan banderas belgas, carteles con mensajes a favor de la paz y de la solidaridad, así como de rechazo hacia la violencia y los extremistas, a los que algunos de los asistentes piden con sus pancartas que "se callen" y dejen de utilizar el nombre del Islám para justificar sus actos.

La manifestación contra "el terror y el odio" convocada este domingo en Bruselas en señal de repulsa ante los atentados que el pasado 22 de marzo golpearon a la ciudad  ha reunido a "más de 3.000 personas" en los primeros tramos de su recorrido, según confirmó la Policía belga.

La manifestación ha iniciado su caminata en la Estación del Norte de Bruselas, desde donde discurre por los aledaños del distrito de Molenbeek para desembocar en una de las arterias principales de la ciudad, el Boulevard Anspach.

Varios vecinos de Molenbeek, que se ha hecho tristemente célebre debido a que por él ha pasado buena parte de los implicados en los atentados en Bruselas y en París, se han reunido en una de las plazas principales del distrito bruselense para acudir a la marcha.

Ahí, a los pies de la antigua Bolsa de Bruselas, los manifestantes han depositado flores y memorias en homenaje a las 32 víctimas mortales y más de 300 heridos que causaron sendas explosiones en la estación de metro Maelbeek y en el aeropuerto de Bruselas-Zaventem. A lo largo del recorrido se están sumando más participantes a una marcha rodeada de fuertes medidas de seguridad y a la que se espera que acudan cerca de 15.000 personas.

Los manifestantes portan banderas belgas, carteles con mensajes a favor de la paz y de la solidaridad, así como de rechazo hacia la violencia y los extremistas, a los que algunos de los asistentes piden con sus pancartas que "se callen" y dejen de utilizar el nombre del Islám para justificar sus actos.

Hay una importante presencia de musulmanes en la protesta que demandan no ser equiparados con los extremistas y alertan contra el peligro de que el racismo se intensifique tras los atentados, ejecutados por radicales.

El primer ministro belga, Charles Michel, y sus vice-primeros ministros prevén reunirse tras la marcha con una delegación de víctimas y de sus allegados, así como con los organizadores de la protesta, confirmaron fuentes del gabinete gubernamental.

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