Guerra Rusia Ucrania

Margarita Morozova, la bibliotecaria que sufrió el asedio a Leningrado y ahora sobrevive a las bombas en Járkov

A sus 87 años repite una historia que pensó nunca tendría que revivir.

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Tenía solo 7 años cuando sufrió el asedio nazi a Leningrado durante la Segunda Guerra Mundial. Hoy Margarita Morozova vuelve a esconderse de las bombas. A sus 87 años esta bibliotecaria rusa recuerda desde Járkov una guerra que pensó nunca más vería.

"Nunca pude imaginar que una nueva guerra comenzaría en mi vejez. En mi peor pesadilla, ni siquiera podía imaginar que una masacre así se repetiría, es horrible y llevo viviendo en Ucrania 60 años".

Ahora a 1.400 km de distancia las sirenas vuelven a sonar. Margarita, que vive a solo 25 km de la frontera rusa, repite la misma rutina de su infancia cada vez que suenan las sirenas, "en mi infancia me escondía de los bombardeos en el pasillo. Nos refugiábamos en edificios antiguos. Y ahora es lo mismo", comenta. Durante el asedio a Leningrado, ahora llamada San Petersburgo, murieron un millón y medio de personas. Ella y su madre sobrevivieron.

"Durante la guerra el pan estaba hecho de paja y corteza de árbol y todo eso se mezclaba con un poco de hierba. Distribuyeron 125 gramos de este pan por persona. Era negro, negro como la arcilla. Era horrible de comer pero lo comíamos como si fuera un dulce" recuerda.

La ofensiva rusa se ha cebado con Járkov. La ciudad ha estado bajo constante ataque de las fuerzas rusas desde el inicio de la invasión. Margarita pide no olvidar la historia. "Vimos la guerra y sabemos cómo es. Otras personas, la nueva generación, no tiene idea".

Solo tiene un deseo: que todo termine aunque no confía en las promesas de los rusos, "quiero que termine la guerra, quiero que dejen Ucrania en paz. Ucrania es un país independiente. ¿Qué están haciendo aquí?".

Y no solo lamenta la pérdida de vidas ucranianas. "También es un desastre para el pueblo ruso. Sus hijos mueren por nada. Yo pregunto: ¿Para qué?", se pregunta abatida.

Lleva un mes soportando las bombas, la escasez, el miedo y sabe que ocurrirá cuando todo termine. "Los edificios serán reconstruidos. Pero las personas que murieron no pueden volver. Es un desastre. Pero lo más horrible es el odio. Habrá odio hacia los rusos".

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