Tiroteo Texas
Marcela, la pastora que ayudó a los niños en el momento de la masacre: "Estaban asustados, llorando, confundidos e impactados"
Tras la tragedia en Uvalde, hay mucho dolor en Estados Unidos, especialmente en los familiares de fallecidos y afectados.
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Dos días después del tiroteo en el colegio de Uvalde, Texas, en la que Salvador Ramosmató a 19 niños y dos profesoras, familiares, amigos y vecinos han celebrado una larga vigilia por las víctimas de este crimen premeditado. Ahora, todas ellas están pasando por un dolor muy intenso.
El dolor insufrible de todas las familias afectadas
Desde que ocurriese el tiroteo, no paran de sucederse muestras de afecto y de apoyo a todas las personas afectadas. Con la vigilia, los habitantes de Uvalde compartieron el desconsuelo con quienes más han perdido. Esta tragedia ha provocado un dolor insufrible en estas familias, especialmente en aquellas que peor suerte han tenido.
Es el caso de Esmeralda Bravo, que ha perdido a su nieta, Nevaeh, en el tiroteo. "Preferiría tener a mi nieta conmigo", afirma con tristeza, agradeciendo de la misma manera todas las muestras de afecto y cariño que está recibiendo. Ella es uno de los familiares de las 21 víctimas del tiroteo.
Muchas de ellas pasaron por el mal trago de no saber si su hijo estaba vivo hasta que se reencontraron con él, como Gladys Castillo. Ella es una de las personas que pudo tener a su hija en brazos tras la matanza. "Me puse a llorar cuando la cogí en mis brazos", recuerda.
Marcela Cabrales, la heroína del colegio de Uvalde
De la misma manera, encontramos a personas anónimas que se convierten en verdaderos héroes para minimizar los daños de este tipo de situaciones. Marcela Cabrales es pastora y dos de sus nietos son alumnos del centro.
Después del ataque de Salvador Ramos, Marcela se llevó a un grupo de niños a un aula, donde les tranquilizó tras vivir in situ la matanza, sin saber si sus nietos seguían con vida. "Estaban asustados, llorando confundidos e impactados por todo lo que estaba pasando en el momento". Estuvo en todo momento con ellos y, una vez fueron liberados por la policía, trató de transmitirles que estaban seguros. "Aseguraba a los chicos que estaban en un lugar donde nadie les iba a tocar".
El abuelo del autor del crimen afirma estar consternado, y no se imaginaba a su nieto haciendo algo así. Ahora, todas las familias afectadas se preguntan cómo es posible que pueda ocurrir algo así, poniendo en duda la ley sobre la posesión de armas en Estados Unidos. El grupo de profesores españoles visitantes en Uvalde afirma que "ese derecho es como si en España nos prohibieran votar".
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El debate en torno a esta cuestión lleva estancado décadas en el Congreso norteamericano. De hecho, en la vigilia se encontraba el senadorTed Cruz, uno de los mayores defensores de las armas, profundamente compungido, abrazado a un policía.
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