Los dos se han presentado en esa entrevista como unos simples turistas rusos que -por casualidad- pasaban por Salisbury. Reino Unido insiste en que las pruebas los incriminan y aseguran que esas declaraciones son una ofensa para las víctimas. Reino Unido los señaló. Ellos en televisión han negado haber envenenado al exespía ruso Skripal. Hace 11 años Moscú utilizó el mismo método para exculparse. Otro ruso, ahora diputado, fue señalado como culpable del envenenamiento y muerte de otro antiguo espía, Livitnenko. También él lo negó.
Skripal sigue vivo, su hija también. Londres los sitúa en el día y lugar de su envenenamiento. Ambos han confesado que su único objetivo era ver la catedral de Salisbury. Explica Ruslan Boshirov: "Tiene una famosa catedral conocida no sólo en Europa, sino en todo el mundo, por su aguja de 120 metros y su reloj". Se han presentado como turistas accidentales. Nada de espías. Se reconocen en estas fotografías y en los nombres difundidos por Scotland Yard. Dicen que tienen miedo porque su cara está en todos los medios internacionales: "¿Cómo vivirías si te ves todo el tiempo en la televisión?". Son empresarios, pero no han dado más detalles. Niegan haber tenido contacto con el agente nervioso que envenenó a Skripal y a su hija.
Los agentes secretos del Kremlin siempre han estado bajo sospecha. Ahora también les señalan por un nuevo caso. Un activista opositor, miembro del grupo Pussy Riot, famosos por saltar en la final del Mundial entre Francia y Croacia, ha sido hospitalizado con síntomas de envenenamiento.