Save Elephant Foundation, una organización dedicada al cuidado de elefantes, ha compartido en su cuenta de Facebook unas duras e impactantes imágenes que no han pasado desapercibidas entre sus seguidores.
Se trata de unas imágenes de Tikiiri, una elefanta de 70 años que trabaja junto a otros 60 elefantes en el Festival de Perahera, en Sri Lanka, a pesar de su delicado estado de salud.
El festival budista, que dura diez días, presenta a los animales decorados junto a un grupo de intérpretes, bailarines, malabaristas y músicos.
Hasta allí llevaron a Tikiiri, que durante diez noches consecutivas tuvo que participar en el festival rodeada de ruido, fuegos artificiales y humo, según denuncia la fundación.
En el festival, Tikiiri va vestida con un bonito manto que cubre todo su cuerpo. Lo que no saben los asistentes a este espectáculo es que debajo de esos ropajes se esconde una cruda realidad.
"Nadie ve su cuerpo huesudo por su disfraz", denuncia la fundación, que continúa explicando que nadie ve las lágrimas en los ojos del animal heridas por las brillantes luces que decoran su máscara, al igual que nadie ve su dificultad para pisar porque sus piernas están encadenadas.
"¿Cómo podemos llamar a esto una bendición si hacemos sufrir a otros seres vivos?", se preguntan antes de subrayar que "amar y no hacer daño es la vía de Buda".