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TRAS UN LARGO PROCESO JUDICIAL
La justicia británica autoriza a una mujer de 60 años a implantarse los óvulos de su hija fallecida
La madre ha conseguido la autorización para transportar los óvulos de su hija hasta Estados Unidos, donde pretende implantárselos para, mediante inseminación artificial con esperma de un donante, engendrar un bebé.
Una mujer en Reino Unido ha ganado un largo proceso judicial para que le autoricen a implantarse los óvulos de su hija fallecida y poder así tener un bebé, según ha informado la cadena de radiotelevisión pública británica BBC.
La mujer, de 60 años, recurrió la decisión inicial de la Autoridad de Embriología y Fecundación Humana (HFEA), que se negó a permitir que los óvulos congelados de la hija saliesen del almacén de Londres en el que permanecían.
La madre de la fallecida quería transportar los óvulos de su hija hasta Estados Unidos, donde pensaba implantárselos para, mediante inseminación artificial con esperma de un donante, engendrar un bebé. Según la abogada de la mujer, su hija, que perdió la vida en 2011 con 28 años a causa de un cáncer de intestino, le pidió expresamente a ella que utilizase sus óvulos para tener su hijo, ya que no podría hacerlo por su enfermedad.
La madre de la difunta, ante la negativa de las autoridades que tienen en su poder los óvulos congelados, acudió a un tribunal superior y perdió el caso. Sin embargo, tras esta decisión, recurrió la sentencia ante un tribunal de apelaciones de Londres.
La Autoridad de Embriología y Fecundación Humana, la institución a cargo del material congelado, rechazó la petición de la madre debido a que no contaba con un consentimiento por escrito de su hija para poder extraer sus óvulos de la clínica en la que se encontraban.
Sin embargo, los abogados de la madre han afirmado durante el juicio que era deseo de la hija que su madre tuviera a un hijo a partir de sus óvulos, para que luego el bebé fuera criado por sus abuelos. La abogada defensora de la mujer, Jenni Richards, ha declarado que si los jueces del Tribunal de Apelación no hubieran rechazado la sentencia del tribunal superior, los óvulos de la hija habrían sido olvidados "para simplemente perecer".
Richards ha argumentado que existían pruebas muy claras de que la hija quería que sus óvulos fueran utilizados por su madre después de su muerte y que todas las pruebas presentadas en el proceso judicial han indicado de que era la voluntad de la fallecida que su madre "tuviese a su hijo tras su muerte".
La HFEA, sin embargo, ha rechazado la sentencia, aunque no la ha recurrido. "La ley nos obliga que reconsideremos si existen suficientes pruebas que demuestren que hay consentimiento informado. Después de analizar el caso con gran detalle decidimos que no las había, una decisión que apoyó el tribunal superior el pasado septiembre", ha dicho la institución en un comunicado. La HFEA ha admitido finalmente que reconsiderará el caso lo antes posible.
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