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LAS NORMAS DEL DESPACHO PRESIDENCIAL

Ivanka Trump rompe una norma no escrita al fotografiarse en el sillón del Despacho Oval

Ivanka Trump ha levantado la polémica fotografiándose en el sillón presidencial del Despacho Oval, algo que pocos han tenido la oportunidad de hacer, dado que ese sitio está reservado exclusivamente a los presidentes. El despacho tiene numerosas normas no escritas, y aunque los familiares de otros presidentes se han saltado algunas, hasta ahora ninguno se había atrevido a ocupar el sillón.

La última fotografía de Ivanka Trump ha levantado polémica en las redes sociales. La hija del presidente de Estados Unidos ha posado en el sillón del presidente en el Despacho Oval junto a su padre y al primer ministro de Canadá.

La polémica ha surgido porque sentarse en el sillón principal está reservado exclusivamente a los presidentes, debido a la importancia de la posición que ocupa: es el lugar donde se han tomado decisiones que han cambiado la historia.

Sin embargo, este tipo de protocolo no se ha seguido siempre. Los familiares de los presidentes se han saltado algunas reglas, como se puede comprobar en algunas fotografías, pero nadie se había atrevido hasta ahora a ocupar ese sillón, símbolo de poder.

Una fotografía muestra a John Kennedy en octubre de 1963 escondiéndose debajo del escritorio de su padre mientras este trabajaba en el Despacho Oval. Más de cuatro décadas más tarde, Sasha, la hija pequeña de Barack Obama, le espiaba desde un sofá

Nadie de la familia de un presidente se ha atrevido nunca a sentarse en ese sillón, símbolo de poder y propiedad exclusiva del primer mandatario de Estados Unidos. Solo el chileno Sebastian Piñera 'robó' por unos minutos el sitio a Obama y puede presumir de haberse sentado en el escritorio que Jackie Kennedy rescató.

Ella, sin embargo, nunca pudo ocupar la silla presidencial del Despacho Oval y tuvo que conformarse posando en el despacho del Senado.

El Despacho Oval es un lugar de la Casa Blanca con numerosas reglas: pocas cosas pueden cambiarse de la oficina presidencial. Las banderas, el sello y la chimenea, por ejemplo, son intocables. Además para entrar, hay que seguir una etiqueta de vestuario: George Bush exigía la chaqueta, pero Obama fue fotografiado en mangas de camisa y descansando con los pies encima de la mesa nada más llegar a la Casa Blanca.

Quien sí ha podido jugar a ser presidente es Robby Novak, un niño conocido por sus inquietudes políticas. Barack Obama le dejó sentarse en el sillón del Despacho Oval y hacerse una fotografía sosteniendo el teléfono, además de utilizar la sala de prensa donde los presidentes se dirigen a los medios.

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