El Parlamento húngaro aprobó este martes una controvertida ley que hace posible
la detención en centros cerrados de todos los solicitantes de asilo
hasta que se resuelva su petición.
Conforme a la nueva legislación, los
demandantes de asilo
solo podrán presentar sus solicitudes en 'zonas de tránsito' situadas
en la frontera, donde tendrán que esperar el final de los trámites en
centros habilitados para ello, informa la agencia de noticias MTI.
La
nueva ley, descrita por ONG húngaras e internacionales
como inhumana y contraria a la legislación del país, fue aprobada
gracias a la mayoría absoluta con la que cuenta en el Parlamento el
Gobierno del nacionalista Viktor Orbán.
Estas 'zonas de tránsito' están
situadas en la frontera con Serbia y consisten en
contenedores, donde los refugiados tendrán que entregar sus peticiones y
esperar el final de sus trámites y en el caso de ser rechazados, sólo
tendrán la posibilidad de regresar a Serbia. Esta legislación estará
vigente sólo cuando en el país esté activo el
"estado de alerta" por emigración masiva, que se aplica después de que
entrara en vigor a finales de 2015.
Pese a que actualmente, según
estimaciones de diferentes ONG, en Hungría se encuentran apenas 400
solicitantes de asilo, el Gobierno ha prolongado hasta
septiembre de este año el 'estado de alerta' migratoria.
Hungría
permite que 25 personas entreguen cada día sus solicitudes de asilo en
las zonas de tránsito y, después de presentar sus demandas de
protección, la mayoría de ellos sigue su camino a otros países
de la Unión Europea (UE) sin esperar el resultado de sus solicitudes.
La portavoz de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), Cécile Pouilly, criticó desde Ginebra que esta nueva
legislación "viola las obligaciones de Hungría con respecto
al derecho internacional y las normas de la Unión Europea". La portavoz
de ACNUR señaló que esta medida tendrá "terribles efectos psicológicos y
físicos en mujeres, niños y hombres que ya han experimentado grandes
sufrimientos".
El Gobierno húngaro ha prolongado hasta septiembre de este año el 'estado de alerta' migratoria
Varias ONG ya pidieron este lunes
en un comunicado conjunto que los diputados no aprueben la ley,
asegurando que "la propuesta es contraria a las obligaciones
internacionales de Hungría". Amnistía Internacional y el Comité
Helsinki, entre otras, denunciaron que la ley niega la protección
infantil
a los menores de entre 14 y 18 años, algo "sin precedentes en Europa",
ya que estos menores tendrían que esperar detenidos en las zonas de
tránsito.
El primer ministro, contrario a la inmigración y las políticas
de la UE en este asunto, aseguró este martes en el acto
de graduación de guardias fronterizos que "las fronteras (de Hungría)
están bajo asedio" y que la disminución del número de refugiados que
llegan a las lindes magiares "es solo temporal".
Para Orbán, "la
emigración es el caballo de Troya del terrorismo" y
reiteró que actualmente "centenares de miles de personas están
planeando partir hacia Europa". También criticó a la UE, al asegurar que
Hungría no puede contar "con la UE y con Bruselas (en la defensa de las
fronteras), ya que ellos hacen más difícil el trabajo",
sin concretar más.
El Gobierno anunció la semana pasada que ya ha
comenzado la construcción de una nueva valla en la frontera con Serbia,
sellada con una primera barrera en septiembre de 2015.