Brasil
La historia de superación de una mujer se hizo un tatuaje en el antebrazo para salvar su vida
Tras varios años tomando un medicamento para el dolor, comprobó que era alérgica a los fármacos Antiinflamatorios No Esteroideos (AINEs) como el ibuprofeno o el paracetamol.
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Hay ocasiones en las que un mal diagnóstico puede ser letal, ya que no sabemos que nuestro sistema no lo tolera. Sin embargo, quienes saben muy bien qué medicamentos pueden tomar y cuáles no, se cuidan mucho de no probar bocado de ellos, ya que, en caso de hacerlo, las consecuencias pueden ser las menos deseadas.
Amanda Munaretti Selbach, una joven de 39 años, decidió tomar una decisión para el resto de su vida que le ayudaría siempre. Desde joven es alérgica a un medicamento que el médico le recetaba, pero ella no lo sabía, ya que pensaba que los síntomas que este le producía tenían relación con el buen funcionamiento que el fármaco estaba teniendo en su cuerpo.
Con el paso del tiempo comprobó que algo no estaba bien, pues en vez de mejorar, la situación empeoraba cada vez que tenía que tomar el medicamento. "Mis ojos y mi boca comenzaron a hincharse cada vez que tomaba estos medicamentos. Después se fue agravando hasta que empecé a sentir que se me cerraba la garganta y a tener dificultad para respirar", relata la joven a la 'BBC'.
Munaretti decidió buscar ayuda médica. Tras varias pruebas de alergia, en los resultados se comprobó que era sensible a todos los fármacos AINEs, es decir, a los Antiinflamatorios No Esteroideos como el ibuprofeno o el paracetamol.
Dos sustos casi letales
En sus dos embarazos, Munaretti vivió dos situaciones totalmente idénticas. Al dar a luz a su primer hijo, en 2011, se sometió a una cesárea. Al ser ya conocedora de sus alergias, alertó a los médicos sobre estas, pero ignoraron su alerta.
"El médico dijo que necesitaba un antiinflamatorio debido a los riesgos de inflamación posoperatoria. Tan pronto como fui a la habitación después del nacimiento de mi hija comencé a sentirme enferma. Mi cuerpo hormigueaba, mi glotis se cerró, ya no podía hablar y tenía dificultad para respirar. Casi muero", cuenta. Los médicos tuvieron que utilizar la adrenalina para neutralizar el efecto del antiinflamatorio.
La situación se repitió un año más tarde. Volvió a tener un parto por cesárea y al finalizar le administraron medicamentos antiinflamatorios, presentando nuevamente un episodio alérgico. "Esta vez mi glotis se cerró de inmediato en la sala de partos. Mi obstetra se asustó y todo el proceso para controlar la alergia se tuvo que hacer ahí mismo", recuerda la mujer.
Un tatuaje para salvarle la vida
A raíz de estas dos malas experiencias, y por recomendación de los médicos, Munaretti decidió hacerse un tatuaje en el brazocon aquellos fármaco que no podía tomar y con aquellos que sí.
"Mi mayor preocupación es tener un accidente, perder el conocimiento y no poder explicar mis alergias. Usar una cadena que describa las alergias o escribirlo en mi billetera o celular no me funciona, porque en el momento de una emergencia, nadie mirará. Con todo ya escrito en mi brazo, no hay forma de que no lo vean", continúa explicando.
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Desde que en 2018 se realizó el tatuaje en su brazo izquierdo, no ha vuelto a vivir un mal episodio médico por el mal uso de los medicamentos.
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