Colombia

Los 'hipopótamos de la cocaína' de Pablo Escobar aumentan su población y generan un problema en Colombia

Los científicos han realizado un estudio en el que avisan que "se trata de un problema real, y que el Estado debe actuar urgentemente"

Hipopótamos

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Los hipopótamos comienzan a ser un problema para las autoridades colombianas. La población de hipopótamos invasores de Colombia aumenta y es mayor de lo que pensaban los investigadores, según el censo realizado hasta la fecha. Los científicos se muestran preocupados por la amenaza que suponen los hipopótamos para la fauna y el ecosistema colombiano, y han solicitado medidas drásticas para tratar de reducir la población. Hace unos años, estimaban un total de 98 hipopótamos en el río Magdalena y sus afluentes, y en el último censo valoran la presencia entre 181 y 215 animales.

"Antes, un argumento en contra de ocuparnos de los hipopótamos era que nuestra información era limitada y nuestros argumentos teóricos", ha confirmado Rafael Moreno, el ecólogo que participó en el estudio mientras trabajaba en el Instituto de Investigación de Recursos Biológicos Alexander von Humboldt de Bogotá. "Pero ahora hemos dejado de lado ese argumento. Este estudio demuestra que se trata de un problema real, y que el Estado debe actuar urgentemente."

Los "hipopótamos de la cocaína"

Un gran número de los hipopótamos que conviven en el río son descendientes de tres hembras y un macho que fueron importados ilegalmente por el líder del cártel de la droga Pablo Escobar. En 1993, tras su muerte, se escaparon de la finca huyendo hacia el río. En este "nuevo" hábitat en el que se han establecido, no tienen el peligro de depredadores naturales ni de sequías que puedan generarles complicaciones, por lo que se han reproducido de forma rápida, formando una población desmedida.

El Gobierno aplica medidas insuficientes

Las autoridades colombianas aseguran que han realizado esfuerzos para controlar el aumento poblacional de los hipopótamos. En 2009 ordenaron matar a un macho agresivo, pero los investigadores han descubierto que el 37% son juveniles, lo que provoca una mayor velocidad de reproducción. Otro aspecto que han comentado los investigadores es el exceso de recursos dentro del territorio, que origina una mayor comodidad de la especie, aunque hacen falta pruebas para poder confirmarlo.

Algunas comunidades dependen de ellos

El dilema al que se enfrenta el Gobierno es la pérdida de turismo en las localidades cercanas al río. Muchas de ellas dependen del turismo que aportan los hipopótamos, mientras que las zonas pesqueras viven asustadas por su presencia, que pueden alcanzar las tres toneladas de peso y arrancar una extremidad de una persona con un mordisco. El manatí antillano, la nutria neuro tropical y el carpincho son varias de las especies más amenazadas por estos animales porque luchan por el mismo hábitat y por los recursos.

Una de las soluciones planteadas por el Gobierno es administrar anticonceptivos a los animales mediante dardos. Esto frenaría la reproducción, pero se trata de un proceso lento y costoso, ya que un estudio de modelización ha estimado un coste cercano a los 850.000 dólares.

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