Un nuevo incendio ha estallado en el campo de refugiados de Moria, en la isla griega de Lesbos, en zonas donde no había ardido hasta ahora, menos de 24 horas después del fuego que asoló la mayor parte de este centro de migrantes. Según informan los medios locales, las familias que se habían quedado allí porque sus carpas no se había incendiado han salido corriendo para escapar de las llamas, muchas con bebés en brazos.
En el incendio anterior, que milagrosamente no dejó víctimas, quedó destruido el 80 por ciento del recinto interior del campo, pero muchas zonas del olivar que lo rodea, donde vivía la mayoría de los migrantes, habían podido salvarse.
Uno de los más grandes del mundo
La instalación de Moria, que alberga a más de 12.000 personas, más de cuatro veces su capacidad declarada, ha sido criticada con frecuencia por grupos de ayuda por sus malas condiciones de vida.
La instalación fue puesta en cuarentena la semana pasada después de que las autoridades confirmaron que un solicitante de asilo había dado positivo por el coronavirus. Las infecciones confirmadas han aumentado a 35 desde entonces.
En cuarentena por coronavirus
Lesbos, que se encuentra frente a la costa turca, estuvo en la primera línea de un movimiento masivo de refugiados y migrantes a Europa en 2015-2016. Debido a la pandemia de coronavirus, desde el 1 de marzo, todos los migrantes que llegan a la isla han sido puestos en cuarentena fuera de los campamentos.
En el campamento de Moria, las ONG advierten de el distanciamiento social y las medidas básicas de higiene son imposibles de cumplir debido a las condiciones de vida.
Según apuntan algunos medios, los fuegos habrían comenzado tras la revuelta de algunos solicitantes de asilo que iban a ser puestos en aislamiento por tener coronavirus.
Los incendios avivados por fuertes vientos también ardían en otras dos áreas de la isla.
