Japón

Un gato es coronado como sacerdote de un santuario en Japón en el Día del Supergato

Un gato ha sido proclamado en Japón como sacerdote de un santuario, en una inédita ceremonia donde se le hizo este especial reconocimiento en honor al Día del Supergato.

Imagen de archivo de un gato.

Imagen de archivo de un gato.Pixabay

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Dicen en ocasiones que los animales acostumbran a realizar un trabajo similar o incluso mucho mejor que el realizado por los humanos. Es el caso, por ejemplo, de los perros policía, que llegan a salvar innumerables vidas e incluso llevan a cabo labores que serían imposibles para cualquier persona a pie de calle. Y no son solo los perros quienes realizan trabajos comúnmente realizados por humanos.

No hay más que comprobarlo en Japón, donde, a pesar de lo extravagante que pueda llegar a sonar, un gato ha sido reconocido como sacerdote. Y no, no es un meme ni una broma adelantada por el Día de los Inocentes, sino un homenaje realizado en honor al llamado 'Día del Gato', que se lleva a cabo cada 22 de febrero en suelo japonés.

Este año, se contó con la peculiaridad de que la fecha coincidía con un número muy original (22-2-22), por lo que el Día del Gato pasó a llamarse 'Día del Supergato', y contó con una peculiaridad. Un gato, de nombre Nitama, fue proclamado sacerdote del santuario Tama, llegando a ser vestido con el traje sacerdotal en una ceremonia donde hubo de todo menos falta de originalidad.

Un homenaje a otro gato

Curiosamente, el santuario donde el gato Nitama 'ejercerá' sus funciones como sacerdote fue creado en honor a otro gato, que era el 'supervisor' de una estación de ferrocarriles, al que releva en su puesto, y donde muchos confían en que sirva para dar un mínimo de paz y esperanza al mundo. El santuario está ubicado en la ciudad de Wakayama, donde ha habido una gran expectación mediática.

Los medios de comunicación y todos los asistentes observaron con incredulidad el evento, que se hizo viral en las redes sociales ante la ceremonia de proclamación de Nitama. No obstante, el felino tiene encomendada su misión de velar por la paz y de llevar a cabo una labor adecuada que ahora observarán con detalle no solo los habitantes de Japón, sino todos los del mundo.

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