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Coronavirus

Falta de personal y bajos salarios, las deficiencias estructurales de la residencias de mayores ante el coronavirus según la Unión Europea

El Parlamento europeo ha debatido hoy sobre el impacto del coronavirus en las residencias de ancianos para evitar cometer errores que ya hubo durante la primera ola en la Unión Europea. Esas residencias fueron los escenarios donde más fallecimientos se produjeron tanto en España como en otros países europeos.

Según datos de cada país, las muertes por coronavirus Covid-19 en las residencias de mayores llegaron en los primeros meses de la pandemia a ser el 66% de la cifra total de fallecimientos en España.

Las residencias ante la segunda ola

España es el país de la Unión Europea (UE) que ocupa el primer lugar en el número de decesos en las residencias de mayores por los contagios de coronavirus. Bélgica ocupa el segundo lugar de la tabla con un 51%, igual que Francia, y baja al 37% en Alemania.

Las autoridades europeas han anunciado medidas para proteger a nuestros mayores en esta segunda ola del coronavirus. Dubravka Suica, vicepresidenta de la Comisión Europea, reconoció hoy que los salarios bajos en el sector de las residencias de mayores son una de las "deficiencias estructurales" de este sistema, entre las que también citó la falta de personal y la disponibilidad de estos servicios en zonas rurales.

En el debate celebrado en la Eurocámara, la vicepresidenta ha remarcado que, aunque el coronavirus Covid-19 ha expuesto la escasa capacidad de estos centros de mayores para enfrentarse "con cualquier crisis, no todos sus problemas son nuevos".

Según Dubravka Suica, vicepresidenta de la Comisión Europea, en las residencias de mayores "hay claramente deficiencias estructurales, como la falta de personal, las condiciones de trabajo difíciles, los bajos salarios y el acceso a los servicios. También su asequibilidad y calidad, así como la disponibilidad de estos servicios en zonas rurales y remotas".

La UE, según ha explicado Suica en el Parlamento Europeo, está realizando una calificación y evaluación de "si los sistemas de protección social son adecuados para cumplir las necesidades de una población envejecida", y ha añadido la vicepresidenta que "los cuidadores informales merecen un mejor apoyo, como protección social, una reconsideración de sus ingresos, formación y consejos. Tenemos que abordar también la brecha de género de los cuidados".