Los jefes de Estado y de Gobierno de los 28 han elegido al primer ministro polaco, el conservador Donald Tusk como nuevo presidente del Consejo Europeo y a la ministra italiana de Asuntos Exteriores, la socialista Federica Mogherini, como Alta Representante de la UE para la Política Exterior, según ha anunciado el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy.
Tusk sustituirá precisamente en el cargo a Van Rompuy, cuyo mandato expira el 30 de noviembre. Por su parte, Mogherini asumirá el relevo de Catherine Ashton y se convertirá en una de las vicepresidentas de la nueva Comisión de Jean-Claude Juncker, que empezará a funcionar el 1 de noviembre si pasa el examen de la Eurocámara.
El Consejo Europeo ha alcanzado un acuerdo rápido sobre Tusk y Mogherini tras el fracaso de la primera cumbre para repartir los altos cargos de la UE que se celebró en julio. En aquel momento, los países del este bloquearon a la ministra italiana por considerarla excesivamente cercana a Rusia. La candidatura del primer ministro polaco ha permitido desbloquear la situación.
En las últimas semanas tanto la canciller alemana, Angela Merkel, como el primer ministro británico, David Cameron, habían respaldado públicamente la candidatura de Tusk.
Entre las alternativas que se barajaban para el puesto se hablaba del ex primer ministro letón Valdis Dombrovskis, también del PPE; de la primera ministra danesa, Helle Thorning-Schmidt (PSE); del ex jefe del Ejecutivo de Estonia Andrus Ansip (liberal), y del primer ministro irlandés, Enda Kenny (PPE).
El actual primer ministro polaco reemplazará en el cargo al belga Herman Van Rompuy, un hombre discreto, hábil negociador y experto en lograr consensos, con bajo perfil internacional hasta su elección como presidente del Consejo Europeo en 2009.
Primer ministro de Polonia desde 2007, Tusk es considerado en Bruselas un líder europeísta y conciliador, valorado por haber consolidado la posición del país en la UE, dejar atrás las polémicas con Alemania y superar definitivamente las reticencias polacas al avance comunitario.
Además, se le ve como el candidato idóneo para culminar el proceso de integración de los nuevos socios de Europa Central y Oriental. Al igual que la gran mayoría de miembros del centroderecha polaco, Tusk proviene del entorno del sindicato Solidaridad y de la lucha contra el comunismo durante los años ochenta.