La Organización Mundial de la Salud reconoce que la evolución de la pandemia en las últimas semanas es alarmante. Este sábado se registró un nuevo récord de infecciones a nivel global: más de 316.000.
En todo el mundo, ya son 30 millones de contagios. Estados Unidos es el país con mayor número de positivos. La pandemia es parte esencial de la campaña electoral y también la elección de un nuevo magistrado para el Tribunal Supremo.
A 46 días de las presidenciales, Donald Trump quiere aprovechar la muerte de la jueza Ruth Bader Ginsburg, icono de los demócratas, para colocar a otro de los suyos en el Supremo, algo que le sumaría votos. Hasta ahora eran cinco conservadores por cuatro progresistas, con cargos vitalicios.
Los republicanos tienen, por tanto, la posibilidad de que durante décadas, este Tribunal se incline por su política en temas como el aborto, la tenencia de armas, la pena de muerte o la inmigración.
En campaña, Trump honraba la memoria de Ginsburg pero anunciaba que su relevo será rápido. "Presentaré un candidato al Supremo la próxima semana. Será una mujer", aseguraba el mandatario.
Las candidatas son una magistrada de Washington y otra de Florida, ésta ultima latina, ambas en torno a los 50 años. Ginsburg murió con 87.
Por su parte, los demócratas exigen que el nombramiento no se produzca hasta pasadas las elecciones, por si gana Joe Biden. "Los votantes deben elegir al presidente, y el presidente elegir al juez y el Senado considerarlo", señala Biden.
Hace cuatro años, el Senado de mayoría republicana, como en la actualidad, vetó un nombramiento del expresidente Barack Obama hasta que Trump ganó la presidencia. Ahora quiere hacer exactamente lo contrario.