La policía mexicana y los funcionarios de inmigración detuvieron a un grupo de migrantes a lo largo de una carretera en el sur de México el lunes, según informes, por deportación.
Entre las personas detenidas en Pijiapan, en el estado de Chiapas, había madres con sus hijos que escapaban de la pobreza y la violencia de Centroamérica.
En medio de la presión de Washington, México está pisando las promesas de un mejor trato para los migrantes centroamericanos, dejando a cientos de personas atrapadas en campamentos insalubres cerca de la frontera sur y acusaciones de detenciones irregulares.
El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, prometió un tratamiento más humano para los migrantes centroamericanos cuando asumió el cargo en diciembre. Su gobierno de izquierda emitió miles de visas humanitarias de un año de duración en enero, dando a los migrantes acceso legal a empleos y el derecho a viajar a los Estados Unidos.
Sin embargo, la policía de López Obrador tomó la guardia baja por una oleada de llegadas y recurrió a viejas tácticas basadas en la aplicación de la ley.
México ha detenido la política liberal de visas y aumentó las detenciones de migrantes que se dirigen hacia el norte, según datos del gobierno, tras las críticas del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, de un aumento en el número de solicitantes de asilo centroamericanos que llegan a la frontera de los Estados Unidos en febrero.
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