Nueva cuenta atrás para Grecia. Le quedan unas horas para conseguir que los acreedores privados de su deuda le perdonen el 53,5%. Es lo que se conoce como la quita griega.
Ese perdón supone aceptar un canje de los bonos actuales por otros depreciados. De momento unos 30 de esos grandes acreedores han dicho que sí. Entre ellos el banco español BBVA. Suponen el 58% de todos los inversores privadores que tiene la deuda griega. Pero para que la operación salga adelante es necesario que acepten la quita el 75%.
El vicepresidente de la Comisión y responsable de Asuntos Económicos, Olli Rehn, ha instado a todos los acreedores a sumarse a la quita de deuda griega puesto que las condiciones del canje, presentadas en febrero, no mejorarán.
La oferta de canje de bonos planteada por Atenas con el beneplácito de la Unión Europea supondrá una quita del 53,5% en los bonos soberanos griegos y una pérdida de valor real en las carteras de deuda soberana de Grecia de entre el 73% y el 74%.
Pero según los expertos, la incertidumbre se mantendrá hasta el último momento: falta que anuncien su decisión los inversores anónimos. Si esto no sale adelante la primera consecuencia es que Grecia se quedará sin el segundo rescate de la Unión Europea y entraía en bancarrota.
Si Grecia cae los primeros en sentirlo por efecto contagio serían España, Italia y Portugal. Tendrían que recurrir a unos 350.000 millones de euros extra para frenar la subida de sus primas de riesgo. El impacto sobre la eurozona sería de un billón de euros.
