Lleva solo cuatro días
como presidente, lo suficiente para que sus amenazas estén a punto de
cumplirse. “No queremos traer los productos, queremos fabricarlos aquí”, destaca Donald Trump. El presidente presiona a las empresas, y muchas parecen empezar a ceder.
Apple ha sido la última. La compañía se plantea abrir una fábrica
en suelo estadounidense, con una inversión de más de 6.000 millones de dólares
y con una estimación de hasta 50.000 nuevos puestos de trabajo.
Ford quería
construir una nueva planta en México, iba a desembolsar unos 1.500 millones,
pero tras las advertencias de Trump, se vieron obligados a cancelar el
proyecto.
Toyota también se encuentra en su punto de mira, aunque mantendrá la
construcción de su nueva fábrica fuera de EEUU porque dice que no afectará ni
a la producción ni al empleo en los Estados Unidos.
La ruptura del acuerdo comercial con el Pacífico, firmada
por Donald Trump, es una decisión que preocupa a muchas empresas españolas.
Federico
Steinberg, investigador del Real Instituto Elcano teme que estemos ante un riesgo
de reversión de la apertura del sistema económico mundial que tendría a largo
plazo consecuencias negativas. Para el presidente del Círculo de Empresarios,
Javier Vega Seoane, Donald Trump “es un elemento más de incertidumbre”.