Históricas protestas en China

China endurece su persecución en Wuhan y tanto la Policía como el Ejército se ceban con los manifestantes

China afronta unas protestas históricas con Wuhan como símbolo de resistencia. El origen está en un incendio que mató a 10 personas en Xinjiang, una ciudad que alberga campos de concentración.

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Los ciudadanos chinos se han citado con la historia tras una ola de manifestaciones no vistas en años, donde se ha exigido al Gobierno chino que rebaje la política 'COVID Zero'. El motivo está en el hartazgo de la población, el frenazo de la economía, y las pocas expectativas de unos jóvenes que, lejos de conformarse con lo que padecen, han decidido dar un paso adelante para pedir cambios en un régimen cada vez más represivo, desde su constitución en 1949.

Una de las ciudades que más ha alzado la voz es Wuhan, la ciudad donde se originó la COVID-19 en el mercado mayorista de mariscos que China siempre ha tratado de ocultar. De hecho, sus malas condiciones higiénicas no son ninguna novedad; en aquel mercado ya hubo un brote de gripe aviar en 2013. Ahora, su población ha dicho "basta" y se ha unido a unas protestas de calado histórico, que siguen intensificándose a lo largo de todo el país con una mayor intensidad.

Wuhan se ha convertido en todo un símbolo de resistencia, ante unas autoridades represivas que, siguiendo las directrices del régimen, tratan de sofocar las protestas con mano dura y a la mayor brevedad. Las manifestaciones han sido conocidas como "la revuelta de los papeles en blanco", en una forma simbólica de representar, con papeles en blanco, la censura que les ha sido impuesta desde el minuto uno de la pandemia. Ahora, y tras años soportando todo tipo de restricciones, exigen libertad.

Xinjiang, una ciudad que es el fiel reflejo de la oscuridad

¿Por qué han estallado estas protestas en China? Todo tiene que ver a raíz de un incendio que hubo este pasado fin de semana en Xinjiang, y que acabó con la vida de 10 personas. La ciudad había sido confinada durante tres meses por un brote de COVID-19 y las fuertes restricciones impuestas impidieron que se pudiera actuar con rapidez. Ello fue el detonante para la población china, cansada de ver cómo estas medidas podían llegar a costarles la vida.

La ciudad de Xinjiang, donde se originó el incendio, lleva en el punto de mira durante años. En septiembre de 2020, el Instituto de Política Estratégica de Australia aseguró en un estudio que China había llegado a construir hasta 380 campos de concentración allí desde 2017. Aunque China insistió en negarlo, se publicaron imágenes satelitales en las que se probaba la existencia de dichos campos de concentración, donde se ha encerrado a millones de personas procedentes de minorías étnicas.

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