Estados Unidos
La bomba 'rompebúnkeres' de EEUU que ha usado contra Irán: atraviesa un edificio de unas 20 plantas
El arsenal clave ante una posible escalada en Oriente Medio está compuesto por una bomba diseñada para penetrar decenas de metros de roca y hormigón y un bombardero furtivo capaz de lanzarla sin ser detectado.

Publicidad
Estados Unidos utilizó en Irán el as bajo la manga que forma parte de su arsenal más restringido y potente: la GBU-57/B, también conocida como 'Massive Ordnance Penetrator' (MOP). Donald Trump, presidente estadounidense, no necesitó las dos semanas plazo que se dio para replantearse el ataque y bombardeo tres instalaciones nucelares de Fordow, Natanz e Isfahán.
En los ataques usó la ya mencionada bomba antibúnker, que es la única en el mundo capaz de alcanzar profundidades suficientes como para destruir instalaciones altamente protegidas como Fordow, el centro de enriquecimiento de uranio iraní excavado bajo una montaña al suroeste de Teherán.
El diseño de la bomba, su peso y su modo de uso la convierten en una herramienta clave ante un escenario de conflicto con objetivos nucleares en zonas fortificadas. En el ataque, EEUU ha utilizado "entre cinco y seis bombas antibúnker" lanzadas desde bombarderos B-2, además de 30 misiles Tomahawk lanzados desde submarinos y destructores.

Perfora hasta 60 metros de hormigón
La GBU-57/B pesa más de 13,6 toneladas y mide casi seis metros de largo. Este artefacto ha sido diseñado para atravesar hasta 60 metros de hormigón armado, lo que equivale a un edificio de unas 20 plantas, antes de detonar. Su explosión no se produce al contacto, sino sólo cuando ha alcanzado la profundidad máxima, permitiendo neutralizar objetivos profundamente enterrados.
Este tipo de armamento tiene un precio estimado de 17 millones de euros por unidad y es extremadamente limitado en número. Actualmente, únicamente Estados Unidos tiene acceso a esta bomba. Ni siquiera Israel, pese a ser el principal aliado militar de Washington en la región y contar con armamento de precisión estadounidense, dispone de esta tecnología.

Fordow: el objetivo más difícil
Irán ha ocultado su planta de enriquecimiento de Fordow en las entrañas de una montaña, protegida por capas de roca equivalentes a unos 80 metros de profundidad.
Según inspectores de la ONU y reportes de inteligencia, en su interior hay al menos 3.000 centrifugadoras, diseñadas originalmente para enriquecer uranio al 20%, aunque informes recientes del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) indican que se ha producido uranio enriquecido al 60%, un nivel peligrosamente cercano al necesario para armas nucleares.
Las bombas antibúnker convencionales, como las GBU-28 utilizadas por Israel, sólo pueden perforar entre cinco y seis metros de hormigón, quedando muy por debajo de la protección de Fordow.

Tecnología de precisión para destruir desde dentro
Una de las mejoras recientes del MOP es su fusible inteligente, capaz de detectar vacíos, como habitaciones o túneles, a medida que desciende. Este sistema permite que la bomba explote en el punto más destructivo, incluso sin conocer la estructura exacta del objetivo.
Esta tecnología sería crucial si se necesitara repetir ataques en un mismo punto para alcanzar objetivos como Fordow, estimado a más de 80 metros bajo tierra.
El único avión que puede lanzarla
La GBU-57/B tan solo puede ser lanzada desde un avión: el B2 Spirit. Este bombardero furtivo, con forma de ala volante y una envergadura de 52 metros, está diseñado para eludir los sistemas de radar más avanzados. Es capaz de volar más de 95.000 kilómetros sin repostar y cargar hasta 20 toneladas de armamento. Con solo 19 unidades activas, su uso implica una operación logística de alta complejidad.
Estos aviones han protagonizado misiones de alto perfil en el pasado. En la guerra de Kosovo, despegaron desde Misuri y regresaron sin escalas tras bombardear Yugoslavia. En 2017, dos B-2 volaron 34 horas para atacar posiciones del Estado Islámico en Libia.

Disuasión silenciosa y despliegue estratégico
Hasta ahora no hay constancia de que la GBU-57/B haya sido utilizada en combate. Su sola existencia actúa como un potente elemento de disuasión. Estados Unidos mantiene el control absoluto de este recurso, y cualquier operación que requiera su uso tendría que ser aprobada al más alto nivel.
El contexto actual en Oriente Medio ha reactivado la atención sobre esta bomba. Aunque las recientes ofensivas israelíes han alcanzado instalaciones como Natanz, Isfahán o Parchin, no han logrado inutilizar por completo el programa nuclear israelí. Algunos ataques, incluso, no impactaron en los núcleos subterráneos protegidos, según confirmó el OIEA.
En caso de que Estados Unidos decidiese intervenir directamente para frenar el avance nuclear iraní, el B-2 y el MOP serían las principales cartas ofensivas. Sin embargo, expertos como Richard Nephew han advertido que, aunque la ofensiva se llevase a cabo con éxito, Fordow no es el único riesgo: "Aunque Fordow desapareciera mañana, seguiríamos teniendo preocupaciones enormes".

Síguenos en nuestro canal de WhatsApp y no te pierdas la última hora y toda la actualidad de antena3noticias.com
Puedes ver el informativo completo 'Noticias Fin de Semana' en Atresplayer.
Publicidad