Tenía que ser un evento único. Una boda y una recepción espectacular en una iglesia en mitad del campo en Maine. Y así fue. La celebración pudo llevarse a cabo en un hermoso día pero los novios no podían imaginar lo que estaba por llegar.
Un evento supercontagiador
La boda se celebró el pasado 7 de agosto pero tuvo un invitado no deseado, el coronavirus. La celebración está relacionada con diferentes brotes de coronavirus en al menos otros dos lugares en el estado de Maine, con más de 170 personas contagiadas de coronavirus y siete fallecidos desde entonces.
El evento supercontagiador, así lo han denominado las autoridades del estado de Maine, ha echado por tierra gran parte del progreso en la lucha contra la pandemia en este territorio de EE.UU. Los contagios de coronavirus comenzaron entre los asistentes a la boda, celebrada en la región de Katahdin y se extendió a la comunidad y a una residencia de mayores.
Un asistente a la boda que trabaja en la cárcel del condado de York, a unos 270 kilómetros de distancia. Hoy, en esa cárcel hay más de 70 casos de coronavirus. El estado también está investigando un brote en una iglesia en Sanford, hogar de quién ofició la boda.
Ninguno de los 7 que han fallecido por coronavirus y que se relaciona directamente con el evento supercontagiador asistieron a la boda ni a la recepción. La primera de las muertes se notificó en Millinocket, donde nadie dio positivo durante varias semanas.
Los otros seis muertos por coronavirus fueron residentes del centro de rehabilitación y vivienda Maplecrest en Madison. El lugar donde se celebró la boda ha perdido la licencia comercial de actividad.
Según testigos al enlace había 65 invitados, violando el límite permitido de 50 personas para eventos cerrados, y muchos de los asistentes a la boda no usaron mascarillas ni mantenían la distancia de seguridad para evitar contagios de coronavirus.