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Biografía de Felipe de Edimburgo

Biografía del Duque de Edimburgo, lo que no sabías del marido de la reina Isabel II

Aunque nunca se le otorgó oficialmente el título de príncipe consorte, vivió una vida real, renunciando a su prometedora carrera naval y fue el asesor privado de la reina de Inglaterra durante 70 años.

Desde el principio, Felipe de Edimburgo se sumergió en la vida nacional, trabajando por adquirir un auténtico papel público. Fue el miembro más ocupado de la familia real británica durante años y el consejero privado de la reina Isabel II. Incluso ya con avanzada edad el príncipe Felipe seguía muy activo.

Consejero privado de la reina

Constitucionalmente fue excluido de las principales áreas de la vida real y no tenía ningún papel más que el de consejero privado sin tener capacidad de acceder a documentos oficiales. La reina Isabel II solía decir: "¿Qué piensa Felipe?" sobre cualquier asunto importante relacionado con la familia real y el Reino Unido.

Desde el Castillo de Windsor se tomaron algunas de las grandes decisiones del último siglo. Como la de pagar impuestos sobre los ingresos privados de la monarquía, la venta del yate real Britannia y su carta a Carlos y Diana sugiriendo un divorcio anticipado. Todas esta cuestiones privadas y con gran repercusión en la casa real se tomaron después de consultar con el duque, según fuentes internas.

Expuso su puntos de vista sobre la monarquía en varias ocasiones, lo que le llevó al centro de la polémica en varias ocasiones. "La gente todavía responde más fácilmente al simbolismo que a la razón" afirmó Felipe de Edimburgo en varias ocasiones.

Un joven apuesto

Felipe de Edimburgo era el hijo único del príncipe Andrés de Grecia y la princesa Alicia de Battenberg. La familia huyó cuando su padre fue acusado de alta traición a raíz de la dura derrota de los griegos por parte de los turcos.

Fueron evacuados en un buque de guerra británico, y Felipe, de un año, fue transportado en un catre improvisado hecho con una caja de naranjas. Mas tarde sus padres se separarían. Su padre se instaló en Montecarlo, donde acumuló importantes deudas de juego, y su madre, que era sorda, fundó una orden de monjas antes de deprimirse y ser admitida en un asilo.

Felipe de Edimburgo era un joven atractivo y deportista. Jugó al polo hasta que, en 1971, una lesión lo obligó a retirarse. A pesar de la lesión, siguió entrenando y compitiendo en otras modalidades de hípica hasta los 80 años. Gran tirador, piloto cualificado y un gran marinero consumado. Fue oficial a bordo del acorazado HMS Valiant. Y vivió en tiempos de guerra la rendición japonesa en la bahía de Tokio en 1945.

El mal genio

Felipe de Edimburgo era propenso a los arrebatos de mal genio. Según relatan varios medios británicos, podía ser encantador, ingenioso y mostrar curiosidad en sus visitas oficiales pero el duque podía ser a veces tan directo y franco hasta el punto de ser ofensivo.