Nápoles
Baia, la ciudad italiana y milenaria que se esconde bajo el mar de Nápoles
La metrópoli napolitana fue engullida por el mar hace 1.500 años tras un inexorable fenómeno volcánico.
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El mar Mediterráneo esconde un sin fin de tesoros arqueológicos entre sus aguas. Bajo el mar de Nápoles se encuentran los restos de la antigua Baia, cuyas villas, termas y mosaicos de hace dos milenios recuperan el mito y la leyenda de la Atlántida.
La antigua ciudad romana se encuentra a 23 kilómetros de Nápoles. Antiguamente era conocida como Puteolise y era un enclave vacacional para los romanos más poderosos, hasta que fue absorbida por el Mediterráneo. Baia fue engullida por un lento e inexorable fenómeno volcánico que la situó bajo el mar de Nápoles hace 1.500 años.
Una actual atracción turística
Actualmente, los restos de su gloria se encuentran visibles a unos 500 metros de la costa y cinco metros bajo el agua que baña Pozzuoli,un municipio de Nápoles. La zona está protegida para impedir el tránsito de barcos y solo se puede acceder a ella con ciertas pocas empresas autorizadas para practicar submarinismo entre las ruinas.
El lugar aún conserva entre la arena y la flora marina parte de sus muros, pavimentos de mármol, columnas y restos de las canalizaciones de lo que un día fueron unas termas.
Una ciudad más arrasada por el Vesubio
Los patricios tuvieron que abandonar Baia ante el inevitable hundimiento de su territorio provocado por el volcán colindante a la ciudad, el Vesubio. La antigua ciudad se encontraba en el cráter de un terreno de intensa actividad volcánica.
Por ende, Baia padecía el bradisismo, un fenómeno común en zonas volcánicas. Este hace que la altura del suelo varíe en función del magma que acumula en sus profundidades. Y en este caso, la metrópoli napolitana ya yacía en el fondo del mar en el año 650 d.C.
Pero esta no es la primera ciudad arrasada por el temible Vesubio. El volcán en 79 d.C arrasó con sus erupciones a Pompeya y Ercolano, entre otros territorios de la región de la Campania. A día de hoy, el Vesubio sigue activo y la ciudad de Nápoles vive bajo sus pies asumiendo el riesgo.
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