Alquileres

Así se regula el mercado del alquiler de viviendas en el resto de países de Europa

El acceso a una vivienda digna es cada vez más difícil, sobre todo, en las ciudades más pobladas de Europa. Es por eso que cada país ha tratado de responder con una serie de medidas para tratar de frenar este problema social.

Vivienda con cartel de 'se alquila' en inglés

Vivienda con cartel de 'se alquila' en inglésPexels

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El acceso a una vivienda digna es cada vez más difícil, sobre todo, en las ciudades más pobladas de Europa. Para tratar de poner freno a este problema social, cada país ha tratado de responder de manera diferente adoptando una serie de medidas propias. Es el caso de la ley de vivienda acordada por el Gobierno y que, entre otras medidas, propone limitar la subida del precio de los alquileres.

En Antena 3 Noticias hemos recopilado algunos de los ejemplos más simbólicos llevados a cabo por los países europeos para tratar de regular el mercado del alquiler de viviendas.

Alemania, pionera en la regulación

Alemania se convirtió en pionera de la regulación de alquileres. Allí se han tomado medidas que más tarde se han usado de referencia para otros países. Por ejemplo, cada Land o Estado Federado puede obligar a que en sus municipios se determinen controles en los alquileres de zonas densamente pobladas. Son las denominadas 'zonas tensionadas', lugares en los que los precios de los alquileres suben proporcionalmente, además de los precios estatales, y en los que, por lo tanto, el esfuerzo de los inquilinos -o de las personas que quieren optar a una vivienda en régimen de alquiler- es mayor que la media del país.

La pregunta es ¿cómo se determina cuál es una zona tensionada o no? Para ello, se tiene en cuenta un precio de referencia en cada área y los nuevos contratos o las subidas de los que ya están vigentes no pueden superarlo.

Pero el ejemplo alemán ha sufrido también reveses de importancia: en abril de 2021, el Tribunal Constitucional tumbó la ley que limitaba los precios de los alquileres en Berlín, aunque lo hizo no por injusto, sino por considerar que invadía competencias estatales.

Francia y las medidas ecosostenibles

Francia cuenta con un índice de referencia vinculado al IPC para que las ciudades que así lo decidan puedan limitar las subidas a un máximo de un 20% sobre el alquiler medio de referencia.

Estas medidas se complementan con otras que buscan integrar el parque del alquiler dentro de márgenes ecosostenibles: desde este año se prohíbe alquilar viviendas mal aisladas térmicamente y que, por lo tanto, consuman un exceso de energía.

Suecia: las regulaciones más estrictas

El país nórdico es el que cuenta con las regulaciones más estrictas de Europa. Cada año, los representantes de los inquilinos y los diferentes Ayuntamientos se reúnen para determinar límites anuales en los precios de las viviendas en alquiler, en los que se tienen en cuenta diversos factores, como renta media.

Sin embargo, aunque el Estado sueco regula el mercado, las listas de espera para poder acceder a este tipo de viviendas es larga, lo que fomenta un mercado paralelo o negro.

Reino Unido: un mercado desregulado

El mercado británico está actualmente desregulado, aunque tuvo una legislación para determinar el precio del alquiler. De hecho, el Reino Unido fue de los pioneros en el alquiler social.

Allí existe un sistema de gestión basado en empresas sin ánimo de lucro que gestionan los parques de vivienda públicos para hogares de renta baja. Aunque la fijación de precios no tiene en cuenta al mercado, la determinación de esos alquileres en concreto se realiza mediante una política social.

Italia: un mercado libre

La legislación vigente en Italia data de 1998 y se basa en un mercado libre en el que se fija una renta (cantidad) inicial para cuatro años.

No todas las medidas se basan en fijar precios máximos

Pero no todas las medidas para frenar la subida de los precios del alquiler pasan por fijar unos precios máximos. En Países Bajos, concretamente en Ámsterdam, se aprobó una ley en 2022 en la que se impedía a los compradores de viviendas que costaran más de 533.000 euros alquilar las casas hasta que pasaran cuatro años desde su adquisición. Una orden que también incluía barcos habilitados para servir de viviendas

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