Cambio climático

La Antártida registra un nuevo récord de temperatura máxima de 18,3 ºC

La OMM confirma el récord de temperatura en la Antártida, 18,3 grados centígrados, medido en 2020.

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La Organización Meteorológica Mundial (OMM) ha confirmado en un comunicado que la temperatura de 18,5 grados medida el pasado 6 de febrero de 2020 es la mayor tomada hasta la fecha en la Antártida.

La temperatura fue tomada en la estación argentina de Esperanza y al mismo tiempo, la OMM descartó la medición de 27,7ºC, que se notificó cuatro días después en una estación brasileña de la isla de Seymour, también en la zona de la Antártida. El motivo de la medida de temperatura fallida, pudo estar relacionada con un protector de radiación que podría haber alterado los sensores de medición.

El nuevo récord oficial bate al anterior, de 17,5 grados, medido en el mismo lugar, el 24 de marzo de 2015. El establecimiento de máximos de temperatura en la Antártida es esencial para analizar la evolución del clima extremo.

La península Antártica, que es la zona del continente más próxima a Suramérica, es una de las zonas del planeta que más rápido se está calentando por el efecto invernadero, cuyas emisiones de gases han bajado un 6,4% respecto a 1990, según los datos de 2020. Siendo así, es una de las regiones del mundo donde las temperaturas han aumentado más en los últimos 50 años, casi unos tres grados de media.

La última zona helada del Ártico registró en 2020 una pérdida de hielomasiva. El norte de Groenlandia suele estar cubierto por un hielo compacto durante todo el año. Sin embargo, el área del Polo Norte que se creía más resistente al cambio climático, presentó las concentraciones más bajas de hielo marino desde 1979.

Las imágenes tomadas por el satélite, encontraron únicamente un 50% de concentración de hielo marino el 14 de agosto de 2020, lo que hizo que la región fuese bautizada como “la última zona helada del Ártico”. Esto es debido a la subida del nivel del mar.

¿Qué efectos tiene el cambio climático en los animales?

Tanto el mar de Wandel (en Groenlandia) como la llamada “última zona helada” son el hábitat natural de muchos animales como focas, morsas u osos polares que necesitan vivir en estos lugares para poder sobrevivir.

Por ello, el cambio climático del Ártico afecta a la pérdida de biodiversidad y por consiguiente, el cambio en los ecosistemas. Según un estudio realizado por los científicos del Consejo Ártico, el cambio climático no solo afecta a la biodiversidad, también a la humanidad de forma directa y aseguran que lo más preocupante es la “descompensación” entre las especies.