Guerra comercial

El acuerdo de los aranceles con EEUU abre una brecha en la Unión Europea

Líderes europeos están en desacuerdo con el pacto entre Von der Leyen y Trump. Desde el viernes, a Europa se le aplicará un arancel del 15%, según lo acordado.

HANDOUT - 27 July 2025, United Kingdom, Turnberry: US President Donald Trump and European Commission President Ursula von der Leyen shake hands after they reached an agreement to settle a trade dispute over tariff hikes, at the Trump Turnberry golf course. Photo: Fred Guerdin/EU Commission /dpa - ATTENTION: editorial use only and only if the credit mentioned above is referenced in full27/07/2025 ONLY FOR USE IN SPAIN

Publicidad

Este viernes 1 de agosto entran en vigor los aranceles que ha impuesto a la Unión Europea el presidente de Estados Unidos, Donald Trump. Un día donde la relación comercial entre Estados Unidos y los 27 cambia. En menos de 24 horas, se aplicará un arancel general del 15% a la mayoría de los productos europeos que crucen el Atlántico rumbo a territorio estadounidense. Aunque cabe recordar que se ha rebajado la mitad de lo que anunció el republicano el pasado 12 de julio: "Un arancel de solo el 30% sobre los productos de la Unión Europea enviados a Estados Unidos, independiente de todos los aranceles sectoriales".

Esta medida, resultado de las negociaciones entre Washington y Bruselas, no ha dejado indiferente a nadie, ni a los líderes políticos europeos, ni a los empresarios ni al propio Trump, que califica el pacto como una de sus grandes victorias. El secretario de Comercio de EE.UU., Howard Lutnick, asegura que el republicano "ahora lleva el volante, ha cerrado grandes acuerdos, tiene todas las cartas en la mano y, como dijo, él decidirá cuándo abrirán sus mercados estos países y cuál será el arancel".

Aunque el acuerdo ha sido anunciado como cerrado, aún falta concretarlo por escrito, lo que explica que los veintisiete países de la Unión Europea traten de negociar excepciones en productos concretos antes de que los aranceles sean definitivos. Bruselas busca que sectores clave para su economía no se vean tan castigados por este 15%.

Pero no han pasado ni dos días desde la firma entre Trump y Von der Leyen que ya la Casa Blanca y la Comisión Europea han chocado en temas como el aluminio, el acero, los medicamentos, y sobre si las inversiones en sectores estratégicos quedan como compromiso o como opción a comisión. Unos temas que deben resolver antes del viernes.

Desacuerdo entre el Gobierno y sus socios

Para Trump, lo logrado con la UE es "un acuerdo maravilloso", mientras que en Europa no se ha recibido de la misma forma. La izquierda europea sostiene que se ha cedido demasiado y, en nuestro país, la firma de los aranceles ha hecho más visibles las diferencias entre el presidente Pedro Sánchez y sus socios de gobierno.

El socialista lo reconoce sin entusiasmo: "Valoro el esfuerzo que ha hecho la Comisión Europea, valoro la actitud constructiva que ha tenido la presidenta de la Comisión Europea y, en todo caso, respaldo este acuerdo comercial pero sin ningún entusiasmo". Por su parte la vicepresidenta segunda, ministra de Trabajo y líder de Sumar, Yolanda Díaz, asegura que "Ursula Von der Leyen entregó Europa a Trump", considerándolo "un magnífico error" porque "lo que está haciendo con este acuerdo es agudizar la dependencia energética que tenemos respecto a EE.UU., así como otros muchos factores. Por no decir ya que la política arancelaria es un error".

Frente a las críticas, desde la Comisión Europea tratan de rebajar el tono y defender el acuerdo como "el mejor que se podía conseguir en circunstancias difíciles". El comisario europeo de Comercio, Maroš Šefčovič, asegura que "es claramente el mejor acuerdo que podríamos conseguir en circunstancias muy difíciles".

Peso pesado vs pluma

En el contexto político europeo, el acuerdo entre Von der Leyen y Trump, no ha conseguido el aprobado de los líderes políticos. La primera ministra italiana, Giorgia Meloni, insiste en "trabajar más" para conseguir otros objetivos porque considera que lo firmado "es un acuerdo preliminar legalmente no vinculante".

Del mismo modo, en el este del continente, también rechazan lo pactado. Para el ultraconservador y primer ministro de Hungría, Viktor Órban, "Trump se comió a Úrsula en el desayuno", insinúa que este anuncio iba a llegar, porque según él, si se trata de negociar, Trump es "un peso pesado" mientras que la presidenta de la UE "es un peso pluma".

"Un gran acuerdo"

Las patronales europeas observan con preocupación cada línea pequeña del acuerdo por miedo a que el 15% suponga una desventaja competitiva frente a otras regiones para productos como el vino, aceite u otros exportados desde Europa.

Sin embargo, el expresidente de la Cámara de Comercio España-EE.UU., Antonio Camuñas, cree que "es un gran acuerdo por ambas partes pero no una victoria para Donald Trump" porque su país notará "como los precios suben por los aranceles que ha puesto y como la inflación puede subir también". Destaca que los que realmente sufrirán las consecuencias serán "los consumidores norteamericanos que son quienes pagarán los aranceles".

Las consecuencias de esta imposición arancelaria "nunca suelen ser buenas", pero lo que sucede es que "coyunturalmente hemos intentado explicar que EEUU usa los aranceles para requilibrar sus balances comerciales", y recuerda que la construcción del estado de bienestar europea ha sido gracias a "los réditos que nos hemos ahorrado de la defensa norteamericana durante 80 años".

Derrota Bruselas

Desde el punto de vista de Francia e industria alemana, e acuerdo se ve como una derrota de Bruselas ante Washington al no haber reciprocidad. Europa no ha impuesto un arancel similar a los productos estadounidenses más exportados. Los aranceles acordados suponen, además, triplicar la tasa anterior, que estaba en el 4,8%, y aunque en sectores como la automoción el nuevo 15% supone una mejora respecto al 27,5% que pesaba antes, otros como el acero verán tasas de hasta el 50%.

Pero por si fuera poco, el acuerdo obliga a la UE a invertir unos 600.000 millones de dólares en Estados Unidos y a comprar 750.000 millones más de energía estadounidense durante el mandato de Trump.

Lejos de China

Con este acuerdo Von der Leyen ha alejado a Europa "de la posibilidad de la tentación de aliarnos con China, que hubiera sido un error catastrófico", a lo que ha hecho alusión a las palabras de Yolanda Díaz porque, su partido, "querrían aliarse" con el país oriental.

Pero sostiene que Europa tiene que ser realista y admitir que es "un actor secundario" porque con este acuerdo "se jugaba en este trámite, más allá de un acuerdo comercial era con qué socio se iba a mantener para la gran batalla que tenemos en el horizonte que es la batalla por la hegemonía mundial entre EEUU y el bloque oriental".

Así mismo, recuerda que para nuestro país, EE.UU., supone un 5% del total de nuestras exportaciones, lo que pone en contexto el alcance inmediato.

Camuñas insistió en la relación entre el presidente y el continente, afirmando que a Trump "no le cae muy bien" Europa porque cuando se presentó a las elecciones estadounidenses "ningún país europeo le apoyó" ya que prefería a Joe Biden al frente de la Casa Blanca.

Sobre el presidente francés, Emmanuel Macron, ha opinado que ha sido tajante con el tema, al considerar que "Europa tenía que mantener una posición firme en el tema de Israel". Sin embargo, ha recordado la reacción del norteamericano ante estas declaraciones: "Ha dicho que lo único bueno que se puede decir de Mazón es que da igual lo que diga".

Síguenos en nuestro canal de WhatsApp y no te pierdas la última hora y toda la actualidad de antena3noticias.com

Publicidad