La unidad de élite de la Marina mexicana entró el viernes pasado a la casa de Los Mochis (Sinaloa) donde se escondía el narcotraficante Joaquín 'El Chapo' Guzmán. Tenían los datos de su localización con una fiabilidad del 80% y había que arriesgarse.
Los marines irrumpieron en el domicilio, de dos plantas. En la primera estancia, formada por un salón-comedor y cocina, se encontraron con latas de refrescos y restos de comida, tintes para barba y bigotes y ropa. En ese momento, los marines desconocían que en ese lugar había oculto un túnel por el cual el capo escapó.
No fue hasta más de una hora y media después cuando encontraron el pasadizo y dieron con su mecanismo secreto: estaba escondido tras uno de los espejos del vestidor de la habitación
Su plan de huida era tan meticuloso que habían llenado el chalet de señuelos, como por ejemplo, un frigorífico que tapaba un agujero. Una pista falsa para ganar tiempo. En la casa también encontraron varios DVDs de 'La reina del Sur', protagonizada por Kate del Castillo. Su pasión por la actriz le puso en manos de la inteligencia mexicana, que había seguido cada una de sus conversaciones.
Pero 'El Chapo' les llevaba ventaja, acompañado de su lugarteniente gateaba por las alcantarillas. Finalmente, los marinos lograron descifrar la localización del túnel. Una pequeña palanca escondida en el foco del vestidor facilitaba la apertura de la puerta, que estaba camuflada por un espejo. Este pasadizo los llevaba a un túnel con iluminación eléctrica que conectaba con los túneles de drenaje de la ciudad. En la huida no contaron con la intensa lluvia que lleno de agua las alcantarillas y ante el temor de morir ahogados, decidieron salir.
Aunque robaron dos coches para despistar a los militares, cayeron en uno de los controles de carretera. Por tercera vez, el enemigo número uno de México estaba de nuevo entre rejas.
