La letrada Virginia López Negrete asegura que ese encuentro se produce en el contexto de sus vacaciones. La abogada se encontraba de fin de semana en Palma de Mallorca y se encontró con el juez Castro, ambos tomaron un refresco juntos "no mas allá de 20 minutos", según asegura López Negrete.
"Llevamos en este proceso casi 2 años y he tomado café y refrescos con todas las partes del procedimiento, incluído el fiscal", asegura la abogada. Además sostiene que "parece que todos los indicios están encaminados a que la causa del caso Nóos sea llevada a Valencia".
Las imágenes han causado una gran polémica. ¿Puede el juez castro departir amablemente con una abogada de la acusación particular mientras se toman una copa frente a la bahía de Palma?. La convesación es privada pero el hecho de que sea el juez que instruye uno de los procesos más relevantes y mediáticos en nuestro pais puede herir susceptiblidades, teniendo en cuenta además, que es un magistrado que en numerosas ocasiones ha hecho llamamientos a la prudencia y a la ejemplaridad.
Castro: "Estos encuentros se enmarcan dentro de la normalidad"
Por su parte, el juez instructor del caso Nóos, José Castro, ha subrayado que su relación con los letrados de las diversas causas que ha instruido "siempre ha sido de cordialidad, que no de amistad", pronunciándose de este modo para dar normalidad al encuentro que mantuvo este lunes en un bar de Palma con la letrada del sindicato Manos Limpias, acusación popular en esta causa, y cuyas fotografías han sido difundidas este martes por 'ABC'.
A su llegada a los Juzgados de Via Alemania de la capital balear, el magistrado ha quitado hierro a este tipo de encuentros, aseverando que, cuando se ha trasladado a Barcelona o Madrid para tomar declaraciones, ha coincidido con abogados como el de Iñaki Urdangarin, Mario Pascual Vives, o el de su exsocio Diego Torres, Manuel González Peeters, entre otros numerosos letrados, con quienes ha tomado algo sin que de ellos se haya desatado ningún tipo de polémica.
Así, ha incidido en que estos encuentros se enmarcan dentro de la normalidad dentro de la instrucción de una causa, sin que por ello haya perdido su imparcialidad y sin que estas conversaciones hayan influido en la instrucción.