Opinión
Vicente Vallés: "Hay momentos en los que las contradicciones suponen un aprieto político para Sánchez"
El PSOE se enreda en sus pactos con Bildu, y trata de gestionar las contradicciones que le provoca, a cuatro días de las elecciones vascas.
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Cuando Pedro Sánchez decidió pactar con Pablo Iglesias, y con Oriol Junqueras, y con Arnaldo Otegi, y con Carles Puigdemont, sabía que tendría por delante una permanente carrera de obstáculos, llena de contradicciones. A cambio, ha conservado el poder. Pero hay momentos concretos en los que esas contradicciones se ponen tan en evidencia, que suponen un aprieto político para Sánchez. De hecho, en apenas 48 horas se han producido dos de esas contradicciones difíciles de justificar, y aún más difíciles de desmontar.
La primera, cuando el candidato de Bildu se negó a calificar a ETA como banda terrorista. Y la segunda, cuando se ha sabido que el grupo parlamentario socialista ha aceptado incluir a tres fiscales en la lista de comparecientes en la comisión que investigará el caso Koldo, entre otros asuntos. Esos fiscales están entre los comparecientes porque lo pidió Bildu, y se sumó el partido de Puigdemont. Y el PSOE, obsequioso con socios tan principales como Bildu y Junts, asumió esa petición como propia.
A cuatro días de las elecciones vascas, el PSOE trata de reparar esas vías de agua que se han abierto por su relación con Bildu. No es tarea fácil, porque el trato amistoso con Bildu suele tener contraindicaciones. Pero Moncloa no rompe con el partido de Otegi, que mantiene firme su apoyo a Pedro Sánchez.
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