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la investidura, prevista para la primera quincena de julio

Sánchez intenta reconstruir la coalición de la moción de censura que le llevó al poder

Tras la negativa de PP y Ciudadanos a apoyarle y las conversaciones poco fructíferas con Coalición Canaria y UPN, al PSOE le queda la baza de los independentistas.

Pedro Sánchez inició los contactos para su investidura diciendo que no quería depender de los independentistas, pero tras su fracaso en un acercamiento a PP y Ciudadanos y las poco encaminadas conversaciones con Coalición Canaria y Unión de Pueblo Navarro, que suman cuatro escaños y que podrían ser determinantes en la investidura, al PSOE se le reducen las posibilidades.

Sin embargo, al PSOE aún le queda la baza de los independentistas. La portavoz del partido, Adriana Lastra, se ha reunido con ERC y JxCat y las opciones de que Pedro Sánchez consiga la investidura son mucho mayores, aunque a costa de renunciar al criterio inicial de no contar con ellos. Sánchez intenta ahora reconstruir la coalición de la moción de censura que le llevó al poder. Esa coalición incluía a Podemos, independentistas catalanes, PNV y Bildu, entre otros.

La cuestión ahora es el precio a pagar por Pedro Sánchez: ERC ya se ha adelantado a pedir que los socialistas dejen de apoyar a Ada Colau y elijan a Ernest Maragall como alcalde de Barcelona. Como el PSOE ha hecho con el resto de partidos con los que se ha reunido de cara a la investidura de Sánchez, prevista para la primera quincena de julio, Lastra ha pedido a ERC que voten a favor o se abstengan, pero que en ningún caso bloqueen la investidura porque no hay otra alternativa posible si se quiere evitar una repetición electoral.

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