Elecciones Extermadura
El PSOE enfrenta su peor resultado en Extremadura mientras apuesta por mantener el control con Sánchez al frente
El partido reconoce la debacle en la región, pero el entorno de Sánchez no asume responsabilidades y sigue culpando a la oposición, mientras la estrategia de aislamiento se mantiene como respuesta.

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El Partido Socialista ha vivido una de sus peores derrotas en Extremadura, perdiendo más de 100.000 votos y 10 diputados. El resultado, el peor de la historia del PSOE en la región, ha causado un terremoto interno, pero desde la cúpula del partido han decidido mantenerse firmes en la figura de Pedro Sánchez.
A pesar de las críticas por la gestión, las acusaciones de corrupción a sus colaboradores y los resultados negativos, el presidente se mantiene distante de la responsabilidad directa.
Un ambiente de aislamiento en Moncloa
La estrategia adoptada en Moncloa es clara: mantener al presidente alejado de las polémicas. Para el entorno de Sánchez, el caso Koldo, los problemas judiciales de Francisco Salazar y la debacle electoral en Extemadura no son responsabilidad del presidente, sino de los implicados directamente.
Esta táctica de "encasular" al líder y aislar los problemas tiene como objetivo proteger la figura de Sánchez, aunque no está claro si esta estrategia resistirá la presión de la oposición y la opinión pública.
Ferraz no asume toda la responsabilidad
A pesar de la magnitud de la derrota, en Ferraz la actitud ha sido de contención. No se han realizado críticas abiertas al candidato en Extremadura, Guillermo Fernández Vara, que fue procesado judicialmente, y el foco se ha puesto en la "campaña de desinformación" y la "alta abstención".
Sin embargo, las tensiones dentro del PSOE son palpables, ya que algunos barones temen que los resultados en Extremadura puedan ser un reflejo de lo que podría ocurrir en otras comunidades.
La Ejecutiva socialista, reunida esta mañana, intentó transmitir una imagen de normalidad, con Sánchez a la cabeza de la campaña. Aunque la dirección socialista no ha querido presionar en público al candidato Gallardo, desde Ferraz se reconoció que "los resultados han sido muy malos" y que "la movilización de los votantes no fue suficiente".
La batalla con el PP y Vox
La respuesta del PSOE ant la derrota en Extremadura ha sido culpar al Partido Popular y su relación con Vox. "El PP no es nada sin Vox", aseguran en la dirección socialista, insistiendo en que la rendición del PP a la extrema derecha es la causa del crecimiento de este partido.
Esta narrativa será, según fuentes cercanas al Gobierno, la que seguirán explotando en el futuro para intentar evitar que la derrota se extienda a otras regiones.
La victoria de la estrategia del miedo
Mientras la derecha y la exterma derecha ganan terreno, el PSOE sigue apostando por un mensaje de resistencia. El partido considera que el avance de Vox es una amenaza a los avances sociales conseguidos en los últimos años, y se muestra decidido a seguir escribiendo en el BOE y defendiendo sus políticas desde la Moncloa.
La estrategia de Sánchez parece estar centrada en mantener la cohesión interna del partido y fernar las críticas externas, a pesar de que los resultados en Extremadura no auguran un panorama fácil.
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