Amenazas

La principal hipótesis de la Policía en la investigación sobre las cartas con amenazas

La hipótesis principal sobre la que trabajan los agentes es que sería una sola persona la que envió los sobres con amenazas de muerte a Pablo Iglesias, Fernando Grande-Marlaska y María Gámez

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La ministra de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto, ha recibido este lunes "una navaja ensangrentada como amenaza" en una carta, según ha confirmado el propio Ministerio.

Se trata del último giro de un caso que arrancó la semana pasada y para el que la Policía trabaja, de momento, en base a una hipótesis principal: que una misma persona fue la encargada de enviar las cartas con amenazas a Fernando Grande-Marlaska, Pablo Iglesias y Rocío Gámez.

Refuerzo de la seguridad

Ahora falta por ver cómo encaja en este 'puzzle' la carta recibida por Maroto. Interior ha abierto una investigación al respecto y esta mañana ha anunciado, además, que reforzará la seguridad de los otros tres amenazados.

Por su parte, fuentes policiales han precisado que el sobre recibido por la ministra de Industria es una carta ordinaria que procede de El Escorial (Madrid) con fecha del 21 de este mes, enviada a la sede del Ministerio, en el número 162 del paseo de la Castellana, indicó Efe.

El día 23 pasó el sobre por el control de seguridad, como figura en el sello que aparece impreso en el paquete y donde puede leerse: "Seguridad, Revisado en equipo de Rayos X".

ADN y calibre de las balas

La Policía está analizando los sobres en busca de huellas o ADN y las balas, del mismo calibre, para averiguar cuándo se fabricaron. Intentan además saber desde dónde se enviaron los tres primeros sobres y qué día, algo que de momento se antoja complicado: en Madrid hay más de 600 buzones.

En paralelo, las autoridades buscan determinar las causas por las que falló la seguridad a la hora de detectar los cartuchos de bala y la navaja. De momento, Correos ha abierto un expediente contra la empresa encargada de la vigilancia.

Además, la Policía contempla la posibilidad de un doble fallo en la vigilancia. El primero, en Correos (que ya se está investigando), y el segundo en los destinos: la sede central de Dirección General la Guardia Civil en Madrid y el Ministerio de Interior.