Lejos de la crispación a la que nos tienen acostumbrados el presidente del Gobierno y el líder de la oposición han centrado sus interpelaciones en el plano económico donde Pablo Casado aseguró que "la única vacuna que funciona siempre contra el virus del paro es la competitividad, la flexibilidad y el reformismo, pero visto lo visto tendremos que volver a aplicarla una vez más un gobierno del Partido Popular".
No se despeinó Pedro Sánchez en su respuesta para la cual se limitó a enumerar las medidas adoptadas por el Ejecutivo ante la crisis del coronavirus a la que responsabilizó de los malos datos económicos.
"La humanidad se ha enfrentado a la mayor pandemia de los últimos 100 años y lo que hemos hecho es la mismo que el resto de economías del mundo. Hemos tenido que frenar nuestras actividades económicas para frenar la curva de contagios y eso ha hecho que se destruyan empleos" dijo Sánchez para resumir :"esto es lo que hemos hecho, ERTES, ICOS, Fondos de recuperación y lo que habría que preguntar es qué hacen ustedes."
El presidente del Gobierno volvió a afear la postura del líder de oposición para volver a indicarle a Casado que "tiene dos caminos: elle la moderación o el de la perdición" para recordarle una vez más que ha de hacer "una oposición útil" y dejar de cederle terreno a Vox.
"Tiene que dejar de ser el aperitivo del plato fuerte que viene luego" dijo Pedro Sánchez a Pablo Casado para añadir a continuación "la mano sigue tendida, señor Casado".
El guante lo ha recogido Santiago Abascal que ha comenzado su intervención contestando al socialista "ya sabíamos que a usted le gustan los aperitivos, pero que los platos fuertes se le atragantan".
Abascal acusa a Sánchez de insultar a Vox
Santiago Abascal ha acusado al jefe del Ejecutivo de haber "perpetrado gravísimos insultos contra Vox", como ha dicho cuando alertó de que la ultraderecha querría que las mujeres estuvieran a su disposición como si fueran "un objeto de disfrute sexual".
Abascal se ha referido así a las palabras del presidente el pasado 8M, cuando alertó de la "amenaza temible" de la reaparición de la ultraderecha "con su discurso de odio y su machismo descarnado", que no se limita a frenar avances sino que propugna una vuelta atrás, a las épocas de la inferioridad de las mujeres.