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No es la primera vez que Doña Letizia es víctima de un despiste protocolario. En el 2010, en una visita de los Príncipes de Asturias a Perú, un error de protocolo provocó que Doña Letizia se quedara sola en la ceremonia de bienvenida.
Las imágenes de aquel acontecimiento muestran cómo los Príncipes llegan al Palacio Presidencial y, mientras Don Felipe era recibido por Alan García, presidente de Perú, Doña Letizia quedaba a un lado sin saber muy bien qué hacer.
Tras unos momentos de confusión tuvo que ser la propia Doña Letizia la que buscase a una persona para que le indicara dónde tenía que ir. La princesa fue llevada por detrás de la tribuna de prensa hasta la entrada del palacio.
Otra víctima de los fallos del protocolo fue Don Juan Carlos. El año pasado, el Rey acudió a Roma, junto a otros cuarenta jefes de Estado y de Gobierno a los actos conmemorativos del 65º aniversario de la República italiana en el año del 150 aniversario de la unidad del país.
Todo marchaba bien hasta que entró en escena Silvio Berlusconi, en aquel tiempo, primer ministro. Berlusconi se acercó al Rey y empezó a tocarle el hombro con bastante insistencia, algo que según el protocolo debe ser evitada. Las imágenes muestran la escena donde se ve al Rey no muy cómodo con los excesos expresivos de Berlusconi.
Un caso más de fallos protocolarios ocurrió en 2009, durante la visita del Presidente de EE.UU al Reino Unido. En este caso, un exceso de cariño de Michelle Obama con la reina de Inglaterra dio mucho que hablar.
Para muchos comentaristas el abrazo que la mujer de Barak Obama propinó a Isabel II fue excesivo. Nadie se atreve a abrazar a la Reina. Si bien en fuentes oficiales inglesas se quitó importancia al incidente al que se calificó de momento emotivo.
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