Un municipio español multa ya con 3.000 euros para aquellos que usen los servicios de prostitutas

En medio del debate y la tramitación en el Congreso de la Ley que busca abolir la prostitución en España, ya hay una veintena de hombres multados por utilizar los servicios de prostitutas. Todos en el municipio valenciano de Albal. Hasta ahora la sanción era de 800 euros establecida en una ordenanza municipal de la dignidad, aprobada por unanimidad por el Ayuntamiento en septiembre de 2021. El objetivo: endurecer el castigo hacia los puteros y liberar a las mujeres prostituidas de cualquier sanción.

Tras varios meses en vigor, ahora el consistorio, liderado por el alcalde socialista Ramón Martí, ha endurecido las sanciones con una nueva reforma. Se podrá multar a los infractores con hasta 3.000 euros de sanción en función de la gravedad de los hechos.

La normativa va alineada con la propuesta de la Consellería de Justicia de la Generalitat valenciana, que quiere modificar la Ley de Espectáculos para multar con hasta 30.000 euros a los locales donde se ejerza la prostitución.

Albal ha reforzado la plantilla de Policía Municipal con 28 agentes para controlar mejor dónde acuden los infractores en busca de servicios sexuales. “Estamos liderando la lucha contra la trata de mujeres, de niñas y en el combate por la erradicación de la violencia de género con resultados muy lentos, pero sin desfallecer" asegura Ramón Martí.

Esta pionera normativa contra la prostitución nace con motivo del asesinato de dos prostitutas en el municipio valenciano. Ivana en 2004 y Florina en 2021. La indignación de los vecinos provocó la reacción de la corporación municipal. Albal está situada a 8 kilómetros de Valencia y tiene una población de algo más de 16 mil habitantes. En la comunidad valenciana se calcula que entre 10 mil y 13 mil mujeres se encuentran en situación de prostitución. Según un estudio de la Generalitat uno de cada cinco hombres mayores de edad admite que ha pagado por sexo alguna vez en la vida.

A los 28 puteros multados se les ha pillado in fraganti salvo en un caso peculiar: el de un cliente que acudió a la policía para denunciar que la prostituta le había cobrado sin hacer el servicio. El denunciante pasó a denunciado cuando los agentes le recordaron la ordenanza municipal.

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